Hace poco volví a ver la película “Antes de partir”,  que fue estrenada en 2007, la protagonizan Morgan Freeman y Jack Nicholson. La he visto varias veces, en diferentes etapas de mi vida y siempre le encuentro mucha sabiduría a los diálogos que se desarrollan entre estos dos personajes, quienes se  enfrentan a un diagnóstico que les hace plantearse cómo van a vivir los últimos meses de su vida. Uno de ellos tiene fe en Dios, el otro es materialista a ultranza, los dos viven la vida de manera muy diferente y sin embargo, logran tejer una amistad entrañable, tal vez porque ambos entienden la inminencia del paso que van a dar.
¿Se necesita un pronóstico con fecha límite para vivir la vida  al máximo? ¿Para cancelar cuentas pendientes y hacer las paces con aquellos de quienes nos hemos alejado? ¿Se requiere una situación extrema para plantearnos cuáles son las prioridades a las que debemos aferrarnos y cuáles los sueños que debemos perseguir? Ojalá no sea así. Yo, desde hace un tiempo, he comenzado a tomar decisiones que me lleven en pos de esa realización personal que me permita llegar tranquila al momento de la muerte, sin embargo hice mi lista, como lo propone la película, cuyo nombre original en inglés es “The bucket list” (La lista de deseos), así que, haciendo el ejercicio, descubrí que todavía me quedan muchos sueños por cumplir.  
La película contiene frases que te dejan pensando, por ejemplo; “Un día tu vida pasará frente a tus ojos, asegúrate de que valga la pena verla”, o esta reflexión; “Una vez hicieron una encuesta, le preguntaron a mil personas ¿Si pudiera saber por adelantado, querría saber el día de su muerte?, el 96% dijo que no. Yo siempre creí que era del otro 4%. Creía que nos ayudaría saber cuánto nos queda para hacer ciertas cosas. Resulta que no ayuda”. La siguiente frase es de una belleza sublime: “Mi querido amigo: cierra los ojos y deja que las aguas te lleven a casa”. El siguiente fragmento de monólogo lo dice una voz en off de uno de los personajes (Carter Chambers) refiriéndose al personaje que encarna Jack Nicholson: “Es difícil de entender el valor de una vida, algunos dirán que se mide por los que dejas atrás, unos creen que se mide por la fe o por el amor, otros dicen que la vida no tiene sentido. Yo… pues yo creo que mides tu vida por la gente que admira como eres tú. Lo que les puedo afirmar es que, sea como sea, Edward Cole vivió más en sus últimos días que lo que la gran mayoría logra en toda una vida. Sé que cuando murió cerró sus ojos y abrió su corazón.” 
La mayoría de las personas viven la vida sin pensar en la muerte, se les olvida que este vehículo hay que entregarlo y que es nuestro espíritu el que continuará el viaje. Algunos de nosotros poseemos un sentido más trascendente, tratamos de acercarnos a Dios, tenemos fe en que Él nos cuida y nos protege en esta vida e iremos a su encuentro en el más allá. Unos pensarán que todo se acaba en el momento de la muerte, otros creen que ésta es sólo una de las tantas vidas que vivirán; cualquiera que sea el concepto debemos tratar de sacarle el mejor provecho a esta oportunidad. Ese es el principal mensaje que nos deja la película “Antes de partir”. Y usted ¿ya hizo su lista?