En el año 1993 se constituyó Hidromiel, con el propósito de que se encargara de la construcción de la central hidroeléctrica Miel I, proyecto que estaba estudiando la Chec desde mediados del siglo pasado. En el año 2003, cambió su razón social adoptando el nombre de Gensa. Desde su origen, la compañía ha estado profundamente ligada al desarrollo energético del país y ha sido un activo estratégico de la región. Su objeto inicial era trabajar por Miel II y hacer el inventario de los proyectos hidroenergéticos del departamento y procurar sacarlos adelante.
En sus operaciones, Gensa ha desempeñado múltiples funciones, destacándose en la operación y el mantenimiento de centrales eléctricas ubicadas en zonas no interconectadas del país. En el año 2005 se consolidó como el mayor productor de energía térmica a base de carbón en Colombia, posicionándose como un generador y comercializador mayorista en el mercado nacional de energía.
Igualmente, incursionó como contratista en importantes proyectos regionales, entre los que se destacan la gerencia de la renovación de la Plaza Alfonso López y de la construcción de las líneas 1 y 2 del Cable Aéreo de Manizales. Actividades que realizó hasta el 2012, año en que el Ministerio de Hacienda -su propietario- decidió que la empresa se dedicara exclusivamente a la generación y comercialización de energía.
Hay que destacar que a lo largo de su historia, Gensa ha sido un semillero de ingenieros formados en universidades de la región, muchos de los cuales trabajaron en la estructuración del proyecto Miel I. Tras la entrega de este proyecto a Isagen, afortunadamente no se perdió este capital humano ni el conocimiento acumulado.
La unidad de generación térmica ubicada en Paipa, Boyacá, representa el 90% de los ingresos de Gensa. Térmica que es un importante dinamizador de empleo en este departamento debido a que para su funcionamiento compra carbón a los productores de la región. La comercialización de energía es un negocio complicado, por lo que en muchas oportunidades en las ventas de energía no se han tenido resultados positivos, lo que ha generado dificultades de caja a la entidad.
También hay que tener claro que aproximadamente el 80% de sus actividades operativas están dedicadas a la administración de pequeñas centrales eléctricas, térmicas e hidráulicas, en diferentes regiones del país. Así mismo, tampoco se puede desconocer que la empresa se ha convertido en un fortín político.
Gensa tiene que ser vista por los caldenses como un motor de desarrollo económico y generador de empleo, por lo que es crucial que consolide su actividad en Caldas. Un foco muy importante de su operación es continuar con el desarrollo energético del oriente del departamento, donde, entre otras, está sacando adelante un pequeño proyecto.
En los últimos días, han circulado noticias sobre el interés del departamento de Boyacá en que se traslade la sede de la entidad a Tunja. Hay que luchar para que esto no suceda. Gensa es un activo estratégico de la región y su consolidación como un gran centro de ingeniería merece el apoyo y respaldo de los caldenses. Así mismo, hay que luchar por el blindaje político en la administración de la empresa.
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Con el “decretazo” de la consulta popular el presidente quiere pasar la página del atentado del senador Uribe y seguir con su actitud confrontacional, chantajeando al Congreso y amenazando al país con una constituyente.