La dedicación a los libros es una pasión. Los lectores de oficio solemos encontrar y rencontrar a cada momento un autor o una obra de especial interés. Y la cadena sigue de manera interminable.

Ahora me referiré a uno que recibí por estos días de los entrañables amigos Heriberto y Mónica, copartícipes en la vida de Aleph. Se trata de “Igualdad - Qué es y por qué importa” (Ed. Debate, 2025), un diálogo entre Thomas Piketty (Economista, experto en desigualdad económica) y Michael J. Sandel (Investigador en ciencia política).

Se tratan temas de la desigualdad en la educación, la sanidad, la vivienda y el trabajo. Señalan la diferencia entre Europa y Estados Unidos, donde en la primera esos sistemas hacen parte de la lógica de lo público, y en EE. UU. hacen parte de la lógica del beneficio económico.

A pesar de todos los problemas imperantes, señalan los avances en las formas del “Estado social”, en otros ámbitos llamado también “Estado de bienestar”.

En el siglo XX se fue desarrollando una forma de contrato social, para que la clase media tributara en impuestos y la clase alta un poco más, pero con tendencia al fracaso -hoy por reconocerse- por cuanto la clase alta no tributa lo que debía. Con la consecuencia de cierto alejamiento del sentido social de la prosperidad.

Indican la preocupación por lo progresivo en la mercantilización de la vida social. Se ocupan de examinar las ideas de éxito y meritocracia con sus consecuencias, con alusión al libro de Sandel: “La tiranía del mérito” (2020).

La tiranía del mérito aparece en el abismo entre ganadores y perdedores, ahondado desde los años ochenta, con secuelas de profundizar las diferencias y con la radicalización de posiciones, en especial en la política.

Lo relacionan con la “meritocracia”, en principio atractiva, al considerar que si todos tienen iguales oportunidades, los ganadores se favorecen. La meritocracia fomenta la vanidad de los ganadores y el menosprecio de los perdedores.

Abordan en común el tema de la igualdad como una ambición, con realce de la solidaridad y la formación de comunidad.

Ponen de presente la necesidad imperiosa en las ciudades de construir espacios públicos que favorezcan la vida en común, los encuentros de personas de distinta condición, con disposición propicia para recordar el carácter comunitario de todos nosotros.

Los autores se ocupan de igual modo de los problemas de las migraciones humanas y de capitales, y del cambio climático, con insistencia en alcanzar la cooperación internacional, “menos hipócrita que tenga en cuenta realmente al Sur”. El cambio climático fue una preocupación significativa en ese diálogo.

Antes que conseguir un consenso internacional, lo más importante es que en cada país los gobiernos se ocupen de tomar decisiones de política, ya mismo, para hacer lo que más puedan, en favor de la disminución progresiva del CO2, con alternativas de energías renovables.

Se trata de una interesante obra, con diálogo de dos personalidades del pensamiento, informadas sobre situaciones cruciales de nuestro tiempo, con exploración de sentidos y busca de salidas, sin caer en el fatalismo ni en posiciones dogmáticas.