Por elección popular, el nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de México será Hugo Aguilar Ortiz, indígena mixteco originario de Oaxaca, quien fue asesor jurídico del movimiento zapatista. Desde los tiempos del liberal y reformista Benito Juárez (1806-1872), es la primera vez que un indígena de ese país preside la alta y poderosa Corte, en la que los magistrados ganan un sueldo mayor que el de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum.

La elección de este brillante indígena la consideran los analistas una "obra maestra" de la nueva política mexicana, pues el personaje es intachable y quienes se oponían a la elección popular de magistrados y jueces promocionada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador tendrán poco qué decir.

"En la universidad, coincidí con otros hermanos indígenas, con quienes iniciamos una reflexión crítica sobre el derecho y la justicia que no contemplaban a nuestras comunidades y pueblos”, dijo Aguilar.

La elección popular busca cambiar el sistema judicial mexicano y una alta Corte que era una élite autocooptada por intrigas y cómplice de encubrimientos en pasados gobiernos caracterizados por la corrupción y el crimen. Aguilar aboga para que la justicia se acerque al pueblo y reconozca los cambios de la sociedad.

Aguilar (1973) estudió en la Universidad Benito Juárez de Oaxaca y ha sido consultor del alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en México. Pertenece a la etnia mixteca, una de las más antiguas de México al lado de los zapotecas, que por su cultura milenaria prehispánica, barroca colonial y contemporánea podría ser un país aparte.

Muchos de los nativos de Oaxaca han emigrado desde el siglo XX a Estados Unidos, donde representan una de las más numerosas comunidades y sus remesas e intercambios son de gran importancia para la economía.

De Oaxaca han surgido grandes artistas plásticos y literarios como los pintores Rufino Tamayo y Francisco Toledo o el gran escritor y pensador José Vasconcelos, inspirador clave de las reformas culturales de la Revolución mexicana, además de autor de sus Memorias, un clásico de la literatura de ese país y cuyo primer volumen es el Ulises criollo.

Oaxaca ha sido cuna de grandes figuras de la historia mexicana como Porfirio Díaz, indígena que fue héroe durante la lucha contra las invasiones del siglo XIX y llegó a escalar a la primera magistratura, convirtiéndose en un dictador que llegó a gobernar tres décadas el país con un equipo de tecnócratas positivistas hasta ser derrocado en 1910, cuando tuvo que partir al exilio a París.

Durante su periodo el país se modernizó y logró prosperidad, aunque las injusticias prevalecieron hasta provocar la famosa Revolución mexicana de Emiliano Zapata y Pancho Villa en la segunda y tercera décadas del siglo XX, de la que salió el largo reinado del Partido Revolucionario Institucional, desplazado tras larga gesta opositora por López Obrador.

Pero la figura en que se inspira Aguilar es Benito Juárez, indígena zapoteco adalid de la Reforma liberal en el siglo XIX y héroe que derrotó a la invasión de su país cuando se instaló allí el emperador Maximiliano de Habsburgo, impuesto por el imperialismo francés de Napoleón III con el apoyo de los conservadores monárquicos proeuropeos mexicanos.