La conjunción copulativa negativa ‘ni’ se emplea para unir vocablos o elementos negativos de una misma oración o cláusula, por ejemplo, ‘no se presentaron ni los invitados ni los curiosos’, y no debe ser reemplazada por otras conjunciones.

Refiriéndose a la declaración del ministro de Defensa sobre la obligación constitucional de la actuación de las Fuerzas Armadas en todo el territorio colombiano sin excepciones, el columnista de Eje 21 Gustavo Álvarez Gardeazábal escribió: “...no fue resaltada ni por los medios y redes y mucho menos por la derecha torpe que dice estar en la oposición cabalgando sobre chismes” (17/5/2025). De acuerdo con la norma, “......no fue resaltada ni por los medios y redes ni mucho menos por...”.

Con frecuencia, esta conjunción sustituye al adverbio de negación ‘no’, como en el dicho ‘ni raja ni presta el hacha’, que retrata a una persona inútil, y que podría enunciarse así: ‘no raja ni presta el hacha’.

Sirve también para enfatizar una afirmación, verbigracia, ‘no sirve ni para remedio’. Interviene también en exclamaciones negativas, como ¡ni riegos!, ¡ni de fundas!, que expresan el rechazo rotundo de algo inconveniente.

***

El adjetivo ‘susceptible’ viene del verbo latino ‘suscipere’ (‘tomar, coger por debajo, recibir’) a través del adjetivo ‘susceptibilis-e’ (‘que puede recibir, capaz’) y significa “capaz de recibir modificación o impresión”.

Según estas nociones, ‘susceptible’ rige la preposición ‘de’, pues, cuando uno ‘recibe’, ‘recibe de’.

El director general de Alianza de Colombia, Esteban Delgado, olvidó esta norma y escribió así: “Las empresas en nuestro país son susceptibles a un amplio rango de riesgos que pueden afectar de forma total o parcial, sus operaciones” (El Tiempo, Economía, 17/5/2025). “...son susceptibles de un alto rango de riesgos...”, es decir, que están en peligro de recibir daños de diversa índole.

Por regla general, como lo he anotado en diversas oportunidades, las preposiciones no intercambian oficios en la oración.

***

Los artículos –determinados o indeterminados– concuerdan en género y número con sus respectivos sustantivos, incluido, por supuesto, el sustantivo ‘millón’ (del latín ‘milium’, “abreviatura de ‘milia milium’, ‘miles de millares’” -Corominas).

En su portal de Internet, @deme una, el escritor Alejandro Samper Arango redactó así: “China produce unas 24 millones toneladas de cebolla al año mientras que Colombia produce cerca de 600 mil toneladas” (Eje 21, 17/5/2025).

Castizamente, “China produce unos 24 millones de toneladas...”, acatando la norma mencionada al principio, y con la preposición ‘de’ que introduce el complemento.

El error gramatical, frecuente, consiste en hacer concordar el artículo con el complemento, especialmente cuando se trata de sustantivos que significan número.

***

¿‘Transgresión’ o ‘trasgresión’? Es la pregunta que formula una lectora. Castizas las dos, la respuesta. El prefijo ‘trans-’ (de la preposición latina ‘trans’ -‘del otro lado, más allá de, a través de’), que significa lo mismo que en ese idioma, tiene también la forma abreviada ‘tras-’, por lo que casi todas las palabras formadas con el prefijo ‘trans-’ pueden formarse con el abreviado: ‘transportar’ o ‘trasportar’, ‘transpirar’ o ‘traspirar’, ‘tránsfuga’ o ‘trásfuga’, etcétera.

Se exceptúan las palabras que empiezan por ‘ese’, ‘e’ o ‘i’, como ‘transexual’, ‘transubstanciación’, ‘transeúnte’, ‘transición’, que sólo admiten esta composición.

Hay que tener en cuenta que, cuando ese prefijo significa ‘detrás de’, sólo se emplea la forma abreviada, como en ‘trastienda’, ‘trasaltar’ y ‘trasescena’, sustantivo que aún no ha sido acogido por El Diccionario, pues para la Academia de la Lengua es una locución circunstancial de lugar, ‘tras escena’.

Espero que algún día se admita como una sola palabra.