‘Cualquiera’ (de ‘cual’ y la inflexión verbal ‘quiera’) es adjetivo y pronombre indefinidos. Se apocopa cuando precede a un sustantivo, por ejemplo, ‘cualquier mortal’. Su plural, como adjetivo y como pronombre, es ‘cualesquiera’, ‘cualesquier’. Según esto, el doctor Augusto Morales V. debió emplear el plural de ese pronombre en la siguiente oración: “...que las comunidades simplemente esperarían a que les fuesen solucionados los problemas que padecen que no son pocos ni cualquiera”* (LA PATRIA, Augusto Morales V., 3/5/2023). “...que no son pocos ni cualesquiera”, porque este pronombre reemplaza a ‘problemas’, plural. Como sustantivo sirve para nombrar a personas de poco valor o insignificantes –un cualquiera, una cualquiera–¸también, a las prostitutas. Su plural se forma añadiéndole la ‘ese’: ‘unos cualquieras’.  *Por el uso, hay quienes aprueban el singular en vez del plural. Inaceptable.
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Es frecuente en columnistas y escritores en general el uso de la preposición ‘a’ en lugar de ‘por’ para introducir un complemento que significa lo que hay que realizar, la obligación que hay que cumplir, el propósito que hay que hacer realidad, etc., oficio que no cumple la preposición ‘a’. Los ejemplos, por supuesto, abundan. Propondré únicamente dos: “...por pertenecer (Manizales) al selecto grupo de las ciudades colombianas posicionadas como modelo a seguir...” (LA PATRIA, Irene Mejía Robledo, 5/5/2023). Titular de primera página de El Tiempo: “Inflación, el costo a pagar para bajar déficit de precios de combustibles” (4/5/2023). En las dos muestras, la ‘a’ debe ser reemplazada por la preposición ‘por’ o por la locución ‘que hay que’, así: “...modelo por seguir...”; “...el costo que hay que pagar...”. O “el costo que se debe pagar”...
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Antiguamente, ‘insuflar’ (del latín ‘insuflare’ – ‘soplar en o dentro de, infundir’) significaba ‘soplar’. También, ‘sugerir, inspirar’. Hasta la vigésima primera edición de su diccionario (1992), la Academia de la Lengua le daba esta definición: “Med. Introducir a soplos en un órgano o en una cavidad un gas, o una sustancia pulverizada”. En esta misma edición, añadió esta acepción: “Med. Inyectar un gas dentro de una cavidad, por lo general con fines curativos”. En la siguiente edición (2001) asienta esta única definición: “Med. Introducir en un órgano o en una cavidad un gas,  un líquido o una sustancia pulverizada”. A ésta, en la siguiente entrega (XXIII, 2014) le agregó una segunda: “Infundir a alguien algo inmaterial, como un sentimiento o una idea”. Volvemos a lo antiguo, ‘sugerir, inspirar’. Todo esto, porque el escritor José Jaramillo Mejía lo empleó en la siguiente frase:   “Esos ídolos de barro, al llegar al poder, asumen posturas mesiánicas y se les insufla el ego...” (LA PATRIA,  8/5/2023). ¿Acertó en su uso don José? Aparentemente, no. Pero, ‘mirándolo bien mirado’, parece que sí, porque, al introducir gas en algún cuerpo, éste se infla, se hincha, que es lo que él quiso expresar. De aquí que los sinónimos de ‘insuflar’ que presenta el diccionario especializado sean ‘hinchar’ (‘abultar, inflar, aumentar’) y ‘henchir’ (‘inflar’). Sin embargo, creo que debió, mejor, emplear uno de los sinónimos.
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El adverbio de modo ‘como’ lleva tilde únicamente cuando es admirativo (‘¡cómo le parece!’) o interrogativo (‘¿cómo dijo?’). En la siguiente oración, su autor le puso tilde equivocadamente: “Es imperativo entender la voz ciudadana desde el lugar en que se enuncia y en este caso particular, desde la forma cómo se registra...” (LA PATRIA, Daniel Hurtado Cano, 5/5/2023). “...la manera como se registra...”, así. La misma pronunciación lo enseña claramente, pues lo pronunciamos sin acento, ya que es una palabra átona. Notas: 1) La interrogación de este adverbio puede ser explícita (‘¿cómo le pareció el desfile?’) o implícita (‘todavía no entiendo cómo lo hace’). 2) ‘Como’ puede ser también preposición (‘le dieron como cinco bofetadas’) y conjunción (‘como no salgas de aquí inmediatamente, te van a encarcelar’).
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Mea culpa: la semana pasada garrapateé: “ ‘Has’ es única y exclusivamente la tercera persona de singular...”. Error imperdonable, porque, obviamente, es la segunda persona. ¿Será éste el momento de secar la pluma?