En el relato de la liberación del secuestrado alcalde de Chimichagua (Cesar), una reportera de Citynoticias del mediodía dijo que “había sido amordazado de pies y manos” (Citytv, 21/11/2025). Acción imposible esta de ‘amordazar de pies y manos’, puesto que, como todos lo sabemos, ‘amordazar’ es, sencillamente, ‘poner una mordaza’, a saber, ‘taparle la boca a alguno con cualquier cosa para que se quede callado’. La palabra ‘mordaza’ viene del latín vulgar ‘mordacia’ (plural neutro del adjetivo ‘mordax- cis’ (‘propenso a morder’). Se puede utilizar también en sentido figurado, por ejemplo, cuando a alguno se le prohíbe decir lo que sabe, o, de alguna manera, ‘hacerlo callar’. Aunque sobra decirlo, la reportera debió expresarse de la siguiente manera: ‘había sido atado de pies y manos’ o ‘amarrado’. Cuando es sólo de las manos, se dice ‘maniatar’. Y tenemos el verbo ‘manear’, que significa ponerle ‘maneas’ (un lazo, por ejemplo) a un animal para que no se mueva, como lo hacían en las fincas para el ordeño. La precisión conceptual en el uso de los términos es indispensable para la expresión adecuada de las ideas.

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En alguno de mis diálogos con el doctor Fernando Gómez Bermúdez le comenté que los que usábamos el término ‘etcétera’ lo hacíamos para disimular nuestra ignorancia. Y después de hablar de su origen latino (de ‘et cætera’, -‘y todo lo demás’), le dije que antes de la aparición de esta palabra (hacia 1568, según J. Corominas), en los escritos académicos y didácticos utilizaban la locución latina ‘et sic de cæteris’ -‘y así de todo lo demás’) para evitar mencionar obviedades o cosas que se suponían conocidas. Como se trata de un viejísimo recuerdo, me puse en la tarea de investigar su autenticidad. Infortunadamente, la búsqueda fue infructuosa: en ninguna de mis fuentes le hallé sustento, ni siquiera en Corominas, que sí sabía de estas cosas. Sin embargo, no me parece desacertada la teoría, pues, si la recuerdo, es porque en alguna parte la leí o de alguien la oí.

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Un titular de pantalla del programa de televisión ‘Despierta Win’, del canal deportivo Win, decía así: “Inicia la tercera fecha del cuadrangular A” (26/11/2025). Ya perdí la cuenta de las veces que me he referido al mal empleo del verbo transitivo ‘iniciar’. Como ‘transitivo’, pide ‘sujeto’, es decir, el agente de su acción (‘¿quién la inicia?’), que no existe en la frase citada. ¿Por qué? Porque en esa oración, ‘iniciar’ no es transitivo, sino pronominal, por lo que debe emplearse con esta naturaleza, así: “Se inicia la tercera fecha...”. Con la de transitivo, la frase correcta sería ésta: “El fútbol colombiano inicia la tercera fecha...”. Gramática elemental.

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En la transcripción de las declaraciones del señor Germán Alonso Páez Olaya sobre la deforestación, un redactor de LA PATRIA escribió: “Agregó que si en Caldas se deforestan 60 o 80 hectáreas de bosques naturales...” (Preocupa la deforestación, 24/11/2025). “...se deforestan 60 u 80 hectáreas...”, pues la norma, además de muy conocida, es clara: cuando a la conjunción disyuntiva ‘o’ le sigue una palabra que empiece por la misma vocal (no importa que sean números), debe ser sustituida por ‘u’, como en la frase citada o en ésta: ‘el carbón u otros materiales semejantes’. La norma también cobija las palabras que empiecen por ‘ho’ (‘sacrificio u holocausto’). Con la conjunción copulativa ‘y’, la directriz, también muy conocida, es ésta: cuando la palabra que le sigue comienza por ‘i’ o por ‘hi’, debe ser cambiada por ‘e’, por ejemplo, ‘padres e hijos’, ‘normas e instrucciones’. Se exceptúan las palabras que empiezan por ‘hie’) (‘agua y hielo’) y otras semejantes.