Uno de los verbos preferidos por los corresponsales de televisión es ‘generar’: “...noticia que se genera en Pasto. Sigan ustedes en estudio”.
El verbo ‘generar’ (del latino ‘generare’ -‘engendrar, producir; concebir; nacer de’), además de los latinos, tiene el significado de ‘causar algo’, por lo que puede aceptarse en las comunicaciones que envían a los canales de televisión desde algún lugar de Colombia los citados corresponsales, aunque sería mejor cambiar el verbo o hablar de ‘hechos’.
En fin. El que sí lo utilizó incorrectamente fue el redactor de ‘Sucesos’ de LA PATRIA en su crónica titulada “Dulce le amargó la madrugada a Yuliana”. Esto escribió: “...la insultó en el pasillo y le hizo nuevos lances, generándole otra puñalada en la espalda” (10/4/2025).
Aunque no es necesaria la rectificación, la redacción correcta es “...asestándole (o propinándole) otra puñalada...”, porque no alude a la herida causada por el puñal –que también se llama ‘puñalada’, según El Diccionario–, sino a las veces que con él la lesionó.
A propósito, el diccionario de María Moliner da como segunda acepción de ‘puñalada’ la siguiente: “Se aplica a una pena muy grande causada a una persona”. Y tenemos la expresión ‘puñalada trapera’ (‘la que se da a traición’), que se dice también de ‘una mala pasada’, ‘una jugarreta’. Además, ‘coser a puñaladas’, de explicación evidente, y, finalmente, ‘no ser cierta cosa puñalada de pícaro’: “Expresión con que se tranquiliza a alguien quitándole urgencia a esa cosa” (M. Moliner).
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Ni ‘asunto’ ni ‘tema’ son sinónimos de ‘tópico’, significado que le dio el ex fiscal y columnista Francisco Barbosa en la siguiente afirmación: “Este panorama de improvisación se impone en todos los tópicos. La salud, la seguridad, la energía...” (El Tiempo, 11/4/2025).
Es un error muy viejo –que criticó don Marco Fidel Suárez (“Un sueño en otro sueño”, parte de “Los sueños de Luciano Pulgar”) –, y lo es, porque ‘tópico-a’, del griego ‘topos’ (‘lugar, sitio, territorio, país, localidad, distrito, región’), es un adjetivo que tiene como primera acepción la siguiente: “Perteneciente o relativo a determinado lugar”. Como segunda acepción, “perteneciente o relativo a la expresión trivial o muy empleada”, que, sustantivado, equivale a ‘lugar común’, por ejemplo, ‘carne de cañón’, ‘en ese orden de ideas’ y todas aquellas frases que llamamos ‘muletillas’ o ‘latiguillos’. En medicina, “medicamento de uso externo. Apósito”.
Son muchos los derivados de este adjetivo, como ‘topónimo’ (‘nombre de un lugar’), ‘topografía’ (“arte de representar un terreno en un plano, con su forma, dimensiones y relieve”)... Sinónimos, ‘sinapismo; vulgar, trivial, manido, adocenado’.
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El destacado del artículo de LA PATRIA ‘Chequean la centenaria ceiba de Victoria’ termina con una palabra: “Exámen” (Primer plano, 12/4/2025).
‘Examen’, correctamente. La norma ortográfica que la rige es la siguiente: las palabras ‘graves’ (con acento en la penúltima sílaba) terminadas en vocal o en las consonantes ‘ene’ y ‘ese’ no llevan tilde, por ejemplo, ‘voto, corte, crisis, examen, numen’.
Por su parte, las voces ‘agudas’ (con acento en la última sílaba) que terminan en las mismas letras llevan necesariamente la tilde, verbigracia, ‘chacó, tupé, malecón, estrés’.
Ahora bien, a las palabras que terminan en las otras letras las rige la siguiente norma: las ‘graves’ llevan la tilde en la penúltima sílaba, como ‘árbol, ámbar, cáncer, Héctor, vademécum’; las ‘agudas’, en cambio, no la llevan: ‘arrebol, rigor, verdad’. Es la lógica de la ortografía castellana, y su armonía.
Nota: Los monosílabos no llevan tilde, exceptuados algunos que llevan la ‘diacrítica’ para puntualizar su oficio en la oración, como ‘se’ y ‘si’: a la primera se le marca cuando es inflexión de los verbos ‘ser’ (‘sé bueno’) y ‘saber’ (‘sólo sé...’)); a la segunda, cuando es adverbio de afirmación (‘sí, señor’) o pronombre personal (‘volvió en sí’).