Encabezado de una nota de LA PATRIA: “Una mirada diferente a una de las imágenes cruciales del catolicismo” (‘Mater Dolorosa, la imagen de Semana Santa’, 16/4/2025).
Son muchos los adjetivos con los que se pueden calificar las imágenes religiosas, como ‘veneradas, importantes, representativas, significativas, valiosas’, etc., pero no ‘cruciales’, porque este adjetivo* califica momentos, circunstancias o acontecimientos decisivos en la historia de una comunidad, de una sociedad e, incluso, de una persona, por ejemplo, ‘la Batalla de Boyacá fue crucial en la historia de Colombia’, y ‘su encarcelamiento fue crucial en la vida de fulano de tal’.
‘Crucial’ supone cambio, especialmente si es considerable, algo que afecte sensiblemente el acontecer de algo o de alguno, condición que no se aplica a una imagen.
*Este adjetivo viene del latín ‘crux-crucis’ (‘patíbulo, peste, cruz’), por lo cual califica también todo aquello que tiene forma de cruz.
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Está desapareciendo de la redacción de los escritores el pronombre relativo ‘que’ cuando su antecedente es una persona, reemplazado siempre por ‘quien’, algunas veces equivocadamente, como en la siguiente muestra: “...por causa del lamentable fallecimiento de Jorge Cárdenas Gutiérrez. Y es que aquel quien fuera gerente de la Federación Nacional de Cafeteros...” (El Tiempo, editorial 2, 16/4/2025).
Acertada gramaticalmente, la redacción debe ser ésta: “Y es que aquel que fue gerente...”, porque en la muestra están fuera de lugar el pronombre ‘quien’ y el pretérito imperfecto de subjuntivo ‘fuera’: el primero, porque hace muy pesada la redacción, pues no le antecede ninguna preposición*; el segundo, porque se trata de un hecho cumplido, no de una posibilidad.
Con ‘quien’, la redacción pudo ser ésta: “Y es que quien fue gerente...”. Es notable la diferencia.
*El adjetivo demostrativo ‘aquel’ puede ser el antecedente de ‘quien’ cuando a éste lo precede una preposición, verbigracia, ‘de todos aquellos por quienes tanto sufrimos’, ya que en este caso ‘quienes’ es un complemento circunstancial. ‘Detalles’ de la gramática.
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El verbo no es ‘inflingir’, sino ‘infligir’, pues viene del latino ‘infligere’ (‘golpear, sacudir, asestar, descargar’), que significa “causar daño // 2. Imponer un castigo”.
En su columna dominical de LA PATRIA, el presbítero Luis Felipe Gómez Restrepo escribió: “Un daño grave que este gobierno está autoinflingiendo al país...” (‘Gas, escasez por ideología’, 20/4/2025).
Le atribuyo la ‘ene’ sobrante del verbo a un error de digitación o a su parecido con el verbo ‘infringir’. Inexplicable, sí, e inexcusable, la presencia del prefijo ‘auto-’ en esa oración, cuyo significado la excluye de todo en todo: “Un daño que este gobierno le está infligiendo al país”, es decir, ‘que le está causando al país’.
En efecto, el prefijo ‘auto-’ (del griego ‘auto’), con el que se forman muchas palabras, significa ‘por uno mismo’, por ejemplo, ‘el reo presentaba heridas autoinfligidas’, a saber, ‘heridas que el mismo se causó’. Es, pues, imposible que alguno le ‘autoinflija daños a otros’.
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No es raro oír en algunos departamentos de Colombia frases como la siguiente: ‘Fuimos a cine con Migdonio’ por ‘fui a cine con...’. Error gramatical parecido lo cometió el redactor de ‘Supimos que’ del 22 de abril de 2025 en la siguiente información, colaboración de mi corresponsal Razuvi: “Samaná. El vicepresidente del Concejo, Nicolás Arcesio Londoño Clavijo, en compañía del alcalde, Jorge Andrés Arango Tabares, visitaron la vereda La Planta con el fin de inaugurar el alumbrado público...”.
En la oración gramatical, el verbo debe concordar en número con el sujeto, en este caso, ‘el vicepresidente del Concejo...’, singular, por lo que el verbo tiene que ser ‘visitó’. El complemento circunstancial, ‘en compañía de...’, no modifica el número del sujeto.
Si hubiese escrito ‘el vicepresidente... y el alcalde...’, otro gallo le habría cantado.