Siempre he considerado la posibilidad de que algunos errores de ortografía se deban a la pronunciación, como en los casos recientes, en los que los redactores han empleado el adjetivo ‘acerbo’ (‘agrio’) por el sustantivo ‘acervo’ (‘conjunto’), o el verbo ‘encausar’ (‘enjuiciar’) en lugar de ‘encauzar’ (‘poner en el cauce apropiado’). Esa posibilidad se hace realidad con los verbos ‘palear’ y ‘paliar’, cuando se utiliza el primero por el segundo, como en esta frase del escritor y columnista Gustavo Álvarez Gardeazábal: “...me dijeron que estaban cansados de pedir ayudas a Ibagué y Bogotá para palear la probable emergencia” (Eje 21, 14/11/2025). Digo que en éste, y con seguridad, es la pronunciación la culpable del error, pues nosotros pronunciamos siempre muchos verbos terminados en ‘-ear’ con el sonido ‘-iar’, como ‘pelear’, que pronunciamos ‘peliar’, y el colombianismo ‘burear’, que decimos ‘buriar’. La mala suerte para los que emplean ‘palear’ por ‘paliar’ es que los dos verbos son castizos, pero con significados muy diferentes. En efecto, ‘palear’ es ‘mover tierra, arena u otros materiales parecidos con la ‘pala’, y ‘paliar’, el verbo apropiado en la frase glosada, del latín, ‘palliatus-a-um’ (‘vestido con prendas largas, tapado’), significa “mitigar la violencia de ciertas enfermedades. // 2. Mitigar, suavizar, atenuar una pena, un disgusto, etc.”. Otros sinónimos, ‘aminorar, ablandar, apaciguar; disculpar, cubrir, ocultar, disimular’. No obstante, y porque todo hay que decirlo, antiguamente, hasta mediados del siglo pasado, ‘palear’ y ‘paliar’ eran sinónimos. Y ‘palear’ era sinónimo de ‘apalear’ (‘dar golpes con un palo’). Actualmente, ‘palear’ significa únicamente “trabajar con la pala”.

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El verbo de una oración gramatical debe concordar en número con su sujeto: si plural, plural; si singular, singular. Elemental. Con el adjetivo ‘cada’ singularizamos los miembros de un grupo humano o las partes de un todo. Por esto, es ‘singular’, aunque lo que digamos de cada uno de ellos se refiera a todos los miembros de ese grupo o a todas las partes de ese todo, por ejemplo, ‘cada ser humano merece respeto’. La columnista de LA PATRIA Sania Salazar escribió: “La pregunta es, qué estamos aportando cada uno de nosotros en nuestros ambientes laborales, familiares y sociales...” (13/11/2025). De acuerdo con lo anotado, la redacción castiza es ésta: “...qué está aportando cada uno de nosotros...”, o, simplemente, “...qué estamos aportando...”. O, aunque de manera farragosa, “...qué estamos aportando todos y cada uno de nosotros...”. Con la locución ‘todos y cada uno’ enfatizamos lo que con ella se expresa.

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Titular de un editorial de LA PATRIA: “Que no cojeé el presupuesto de Caldas” (15/11/2025). Así está también en el avance de primera página. Una tilde inexplicable desde cualquier punto de vista, pues con ella, ‘cojeé’ es la primera persona del singular del pretérito de indicativo de ‘cojear’, que no es el apropiado en esa oración. El indicado es ‘cojee’, tercera persona del singular del presente de subjuntivo del mismo verbo. Y no lleva tilde, porque es una palabra ‘grave’ (acento en la penúltima sílaba) terminada en vocal. Es la lógica de la ortografía.

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¿Por qué les costará tanto trabajo a los escritores emplear apropiadamente los adverbios ‘aun’ y ‘aún’? Por ejemplo, al columnista Fuad Gonzalo Chacón, que esto escribió: “Aún así, y contra todo pronóstico, la fuerza representativa de la producción...” (LA PATRIA, 21/11/2025). Castizamente, “Aun así...”, porque en este caso significa ‘incluso’ (con valor concesivo). No lleva tilde, y es una palabra átona. Con tilde, ‘aún’, es tónica y quiere decir ‘todavía’ (‘aún estamos a tiempo de mejorar’). Simple.