A pesar de la derrota, el Once Caldas no camina por la cuerda floja. Depende en la Liga, como en la Copa, de sí mismo.
Esta vez, ante Pasto, no fue dominante y en algunos pasajes se vio desconocido.
Dayro ingirió su vitamina y encontró el gol, como siempre decisivo, salvador temporal o total en los resultados. James Aguirre en lo suyo, con la atajada del partido, volada espectacular, en defensa magistral de su portería.
El trámite fue irregular, con posesión superior del balón, sin dominar el resultado. Con inefectivos registros en ataque, en juego individual y desordenado, como preferencia, que se salió del libreto acostumbrado.
Sin recursos desde el banco para revertir la historia con derrota, especialmente Luis Palacios, de nuevo como un carro desbocado.
Por pasajes se vio la fatiga de la intensa temporada. Al punto de que Jorge Cardona, volvió a ser el zaguero intenso, físico e inseguro de otros tiempos, cuando amenazaba con marcharse. Riquett, fuera de forma, aparatoso e inefectivo, en el relevo de Malagón quien hace rato le ganó el puesto.
El Once dominante, el del vértigo, el de los frecuentes toques colectivos en la elaboración del juego, no estaba a pesar del aporte de Alejandro García, con inocultable influencia, y de Iván Rojas un batallador invisible. Barrios y Zapata, irresolutos, no fueron el aporte esperado.
Por ello no pudo marcar las diferencias. Careció de picante. Solo Dayro, siempre Dayro.
Al Once Caldas el rival, lo dice el resultado, se lo comió vivo a pesar de que su plantel tiene menores calidades. Por eso fueron inoportunas las réplicas de Herrera a los árbitros. Mirando en ellos las justificaciones, sin profundizar en los errores de sus jugadores, como no detectar desde el análisis de video la influencia del juvenil Felipe Ordoñez quien, al ingresar, le cambió la cara al partido.
Se perdió y punto, ocurre en cualquier momento porque no hay equipos invencibles. Son los riesgos que se asumen.
El Once entra en período de descanso, esperando al Deportivo Cali, en lo que llaman "Semana larga", sin partidos, para razonar los resultados, ajustar líneas, repasar y mecanizar movimientos, recuperar los golpeados y darle reposo a la nómina, después de tanto agite en los viajes y en las competencias.
Otros mundos
Activa la liga de baloncesto, en Manizales, para otro público que vive la algarabía de la fiesta en las tribunas del nuevo y bello coliseo. Buenos duelos, picados, disputados y entretenidos.
En el banco como entrenador Moreno Rumié, el mejor de todos. La obra que encabeza con aciertos, el alcalde Jorge Enrique Rojas, que no logran empañar algunos mandos medios, inexpertos, majaderos.
De visita en Manizales, los técnicos de la Selección Nacional Sub-17, para agitar el ambiente futbolero. Citaron a los interesados a las siete y llegaron a las 12. Poco serios.
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