Acostumbrados al férreo manejo anterior, en el Once Caldas respiran un aire distinto los empleados. En las oficinas y el camerino, hay cordialidad, con exigencia.
En las áreas administrativa y deportiva, los ajustes han sido constantes. Desde la llegada del gerente general, Felipe Trujillo, otras decisiones han adoptado los directivos, que tienen la última palabra, en demostración clara de que se han apersonado de la conducción del club, con empleados de rango medio confiables. Ya no hay un manejo delegado.
La máxima autoridad la tiene Jaime Pineda. Posee el 74 % de las acciones. El 24 % es del expresidente Castrillón y el dos por ciento de los minoritarios, entre ellos Holocausto Norte.
El Once no está en venta, ni hay ofertas sobre la mesa. Tres se estudiaron el año pasado.
En la junta el exfiscal Mario Iguarán, Jorge Enrique Vélez, Daniel Jaramillo, Berenice Castaño y Jaime Pineda. Jaramillo el presidente. Juan Carlos de la Cuesta, asesor deportivo y candidato a presidente de la junta. En horas o días puede haber ajustes.
Hernán Darío Herrera es el comandante del cuerpo técnico. Felipe Rozo su asistente, Mauricio Roldán preparador físico, Néstor Mario Marín entrenador de porteros. Hay analistas de video y de juego. Alexis Henríquez entrenador de la Sub-20 y en próximos días se conocerá el de las inferiores. También hay periodista y sicólogo, entre otros.
El Doctor Gustavo Vinasco es el jefe del área médica con la asesoría interna de Luis Daniel Gallo, fisioterapeuta, Valentina Salazar, nutricionista y, externa, del doctor Gustavo Vasco, ortopedista.
Con relación al partido anterior, la vida bella del resultado.
Alegría inesperada cuando al hincha lo consumía el sufrimiento. Bueno el resultado, complicado el trámite.
Al Once le quedó grande el partido. Sin ideas, sin juego combinado, inseguro con la pelota, sin control y pase, especialmente en el tercio de ataque donde se vio lento e irresoluto.
Las soluciones estaban en el banco. Cuando ingresaron Beltrán, Contreras y Zuleta mejoraron la fluidez, la intensidad y el criterio.
El regreso de Aguirre, marcó otro camino. Estuvo, como siempre, seguro. Físico, decidido, autoritario, pero sin técnica, Cardona cumplió su tarea. Malagón, lento en las marcas, aunque bien con la pelota en sus pies.
Patiño incurrió en sus errores habituales por su banda, desordenado como Mateo García, quien, después de la lesión no encuentra su mejor rendimiento.
En general el equipo no muestra la forma ideal. La que ya se le conoce. Algo inexplicable. Como inexplicable es que los jugadores que busco y recomendó el gerente deportivo, no aportan aún el rendimiento esperado. ¿Y dónde está Dorrego?