Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com

 

Ramiro Calle, maestro de yoga y escritor de más de cien textos, afirma en su libro La Claridad Interior: ‘La compasión es padecer con: Identificarse con las desgracias y males ajenos. Que los infortunios de los demás no nos dejen nunca indiferentes. Pero la compasión no es verdadera si no es activa, es decir, si a ese primer sentimiento de tristeza por la tristeza ajena no le sigue la ayuda para aliviar esos sufrimientos de los otros’.

Lo anterior significa escuchar con respeto, ser amable con las palabras y los gestos, tener una actitud cálida y, en la medida de lo posible, generar empatía, seguridad y confianza en momentos en los cuales, las dificultades y vicisitudes surgen en el camino.

Algunos importantes investigadores en el área clínica psicológica, son enfáticos en afirmar que en los ejercicios de meditación, hay que imaginar y dispersar pensamientos de compasión, no solo hacía el dolor propio, sino -además- hacía todos los seres sufrientes del mundo.

El psicólogo Paul Gilbert, profesor de psicología clínica en Inglaterra, autor de libros sobre ansiedad y depresión y creador de la Terapia basada en la Compasión, manifiesta que la compasión: ‘Es un antídoto contra la maldad’ y que aprender a practicarla, ayuda a comprender y a aceptar emociones como la culpa y la vergüenza; mientras que se entrena y fortalecen recursos para entender la propia fragilidad y vulnerabilidad".

Quizás estas sean palabras para invitar a la reflexión, a una sociedad que vive en guerra consigo mismo y con los otros, que de manera permanente mata y asesina a través del uso de armas, de palabras, de adicciones y, lo más doloroso, no se detiene a pensar en el dolor y el sufrimiento que infringe a las demás personas.

En un país como el nuestro, entrenarse en asumir la compasión puede ser una ayuda para desarrollar habilidades efectivas y coherentes que permitan conocer, discernir y reflexionar ante el cúmulo de emociones, sentimientos, pensamientos que llegan e invaden de manera intrusiva la mente, distorsionan la realidad, hacen daño y generan inseguridad, amenaza, rabia, ansiedad, estrés.

La compasión es un recurso que permite mejorar las relaciones con los demás seres humanos, al limitar el juzgamiento, la burla, el daño, la humillación, la vergüenza; además por medio de ella, se tejen vínculos más fuertes, confiables, respetuosos y empáticos.

La compasión se logra cuando además de ponernos en el lugar de los otros, surge una genuina

comprensión de las emociones y sentimientos; así como también una preocupación responsable por ayudar en la situación que están viviendo, tanto si son cercanos o no tan allegados.

En este sentido, aprender el verdadero significado de la compasión y tener y mantener un ‘yo compasivo’ como propósito de vida, contribuye a impregnar de significado y sentido la existencia. Para algunos investigadores ser compasivo mejora la salud física, la salud emocional y aumenta la armonía y el equilibrio emocional.

- ¿Usted con cuánta frecuencia siente que tiene un ‘yo compasivo’?.

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

www.fannybernalorozco.com

 


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