Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com

Estos días de descanso, independientemente de las creencias religiosas que cada uno tenga, pueden ser un tiempo propicio para pensar, evaluar y reflexionar acerca de los valores personales y sociales que hacen parte de la vida cotidiana y, a través de los cuales, se tejen y destejen relaciones con otros y consigo mismo.

Según la doctora Adela Cortina, investigadora, profesora universitaria y autora de varios libros sobre ética y valores: “Quien carece de la capacidad para apreciar los valores, que permiten acondicionar la vida de los otros y la propia, es incompetente para la vida moral”; así mismo afirma que acondicionar, significa poder vivir en el mundo plenamente como personas.

Humanizar una sociedad es tener valores claros. No solo escritos y descritos, es que se trabaje de manera habitual en ellos. No basta con saber su definición -si es que esta se conoce- es cómo a través de asumirlos en el día a día, cada ser humano se enaltece y dignifica.

Cuando los valores se desconocen en la crianza a los hijos, en el ejemplo que estos reciben en los escenarios educativos, colegios, universidades, en los espacios laborales, en las actitudes y discursos de dirigentes y políticos, la sociedad pierde el norte, se acomoda a vivir sin hacer reflexiones y termina teniendo una conducta apática e indiferente. En estas condiciones, poco importa el dolor o el sufrimiento de los demás, como tampoco hacerle daño a otras personas.

Los valores son guías o brújulas, a partir de las cuales, se dan pasos para hacer caminos, se forjan aprendizajes, se cultivan amistades, se fortalece la autoestima, se diseñan proyectos, se construyen realidades; acompañándose de otros valores, como la voluntad, la responsabilidad y la disciplina.

Así entonces, los valores son también recursos que ayudan a una persona a tomar decisiones positivas y ecuánimes. Además definen su estilo de vida. Los valores como cualidades y principios son observables, a través del uso de las palabras, de las actitudes y de las emociones de las personas.

La vida cobra sentido a partir de los valores personales, sociales, universales. Invita y motiva a tener una conciencia colectiva, que genere responsabilidades como sociedad, lo que significa rebajar las actitudes egoístas, pensar y actuar de tal forma que la empatía, haga parte de la dignidad humana.

Los valores y la ética son noticia diaria y no porque abunde, si no por su ausencia, porque lamentablemente el sufrimiento o el dolor de otras personas, no cobra importancia y lo que merece la atención es mostrar lo dramático, con una actitud pasmosa y mezquina.

Los seres humanos por el solo hecho de su humanidad, merecen que se les trate con dignidad. Según la ONU: “La dignidad humana es el derecho que tenemos todos los seres humanos a ser valorados como sujetos individuales y sociales, con nuestras características particulares, por el simple hecho de ser personas".

Quizás como sociedad tenemos mucho que evaluar, reflexionar, aprender y transformar para vivir con valores claros y dignidad con nosotros mismos y con los demás.


* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

www.fannybernalorozco.com

 


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