Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

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El autor es el mismo que escribió la novela de la madre de Leonardo, Caterina, esa mujer venida de tierras lejanas, y que dio un hijo extramatrimonial al notario de Florencia, que nunca lo reconoció legalmente, pero quien siempre le dio a su vástago su protección paternal.

Ahora Carlo Vecce, reconocido por sus profundos estudios del Renacimiento, se dio a la tarea de escribir la biografía del personaje al que le ha dedicado más tiempo de sus investigaciones y publica Vida de Leonardo. Ya no una novela, sino una biografía del genio de Vinci.

Es una obra con rigor histórico, tanto así, que por momentos de la lectura uno parece seguir una sucesión de datos, concatenados, bien hilados por alguien que sabe hacer con su pluma, pero, debo decirlo, al texto le falta vuelo literario, que es lo que esperaba ver de diferente al ser narrado por un escritor de experiencia.

No obstante, para quienes gustamos de las biografías y sobre todo de personajes que han sido impulsores de grandes ideas en la humanidad, resulta sorprendente conocer en detalle las dificultades que tuvo Leonardo para ser reconocido, en parte por su origen y también por su personalidad dispersa.

Si bien sabíamos de su déficit de atención, de su tendencia a no terminar las cosas que empezaba, de su vida poco cuidadosa con sus ingresos y de que había sido visto por algunas ciudades para las que trabajó como un traidor, en esta biografía se ahonda más en sus relaciones interpersonales con los señores de la época, con la Iglesia, con sus familiares y con sus pupilos.

Para escribir una buena biografía de cualquier persona hay que caminar los lugares que el biografiado recorrió, leer los libros que leyó. Y eso sí lo hace Vecce. Por ejemplo, da cuenta de cómo a Leonardo le gustaban los libros y los atesoraba. De hecho, el autor destaca cómo su biografiado se interesaba particularmente por los textos que reunían cartas. Seguro esa afición hizo que Leonardo también escribiera cartas, algunas de las cuales se conservan y permiten reconstruir sus ideas y relaciones. Una época en la que escribir era dejar huella.

Murió el genio de Vinci sin que le cumplieran la promesa César Borgia y su capitán Vitellozzi de tener acceso a dos manuscritos de Arquímedes, cuyo pensamiento influyó en la obra de Leonardo, tanto que al final de sus días poseía dos obras del griego.

Este tipo de obras humanizan a quienes fácilmente describimos como genios y nos permiten caer en la cuenta de que eran también víctimas de las guerras que se declaraban entre ciudades y reinos, que también ellos eran perseguidos por espías y emisarios. Que acumulaban enemigos envidiosos por los privilegios que les concedían las cortes de estas ciudades-Estado. Si bien permitieron la aparición del hombre moderno, la construcción de la ciudad como hoy la conocemos, también debieron superar la canallada de lo minúsculo de los hombres.

Incluso hasta los respetados artistas que eran, topaban con personas dispuestas a timarlos, como le pasó a Leonardo en más de una ocasión y por eso sus pinturas no se fijaban como era debido. En tiempos en que cualquier materia prima costaba un potosí.

Es increíble que un libro de casi 700 páginas, que dedica poco más de 100 a apéndices e índices no hubiera tenido en consideración traer las láminas al menos de los dibujos y trabajos más importantes de Leonardo. Por esto, toca leerlo con conexión cercana a internet para ir buscando cada uno de los retratos, de los lugares aludidos. Por muy conocidas que sean algunos obras del genio renacentista, es importante revisar los detalles que la biografía destaca no siempre tan obvios en cada pieza artística elaborada por él.

Mejor dicho, lean esta biografía de Leonardo y aprendamos que incluso a los genios también les puede tocar cuesta arriba en su vida y no por eso dejan de intentarlo. Para que Hablemos de Libros, de Leonardo y de los detalles de su obra que aún produce efectos en la humanidad.

 

Subrayados

* Leonardo se interesa por cuestiones jamás abordadas en la anatomía tradicional: no los músculos y el esqueleto, sino los secretos del alma y del cerebro, los mecanismos de la percepción, el movimiento, la manifestación del alma.

* La correspondencia entre el hombre y el mundo es la misma que se establece entre el microcosmos y el macrocosmos.

* No es cosa de todos los días disfrutar de una fortaleza como si de un deliciosos manjar se tratase.

* La guerra no es una hermosa epopeya heroica con caballeros elegantes y banderas al viento, sino una furiosa discordia de elementos naturales, una “locura bestialísima".

* El sueño de volar es un sueño privado, personal, en el que Leonardo refleja todo su ser.

* Su grandeza como científico es superior a la de pintor.

* Una vida entera vivida bajo el signo de la libertad.

 

El hombre del Renacimiento