Fernando-Alonso Ramírez
Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!
Correo: editornoticias@lapatria.com
X (Twitter): @fernalonso
El título de esta reseña es una frase de las últimas páginas del libro "Defender la democracia sin miedo desde la democracia", del exprocurador General de la Nación Fernando Carrillo Flórez, recordado, entre otras cosas, por ser uno de los grandes impulsores del proceso de la séptima papeleta, que terminó en la Constitución de 1991.
Desde hace rato venía aplazando escribir de este libro, porque se me aparecían otros en el camino, pero con todo lo sucedido esta semana en el país, me pareció clave hablar de él con los lectores.
Porque si alguien que ha sido un estudioso de los procesos democráticos en el mundo y un artífice del constitucionalismo colombiano, vale la pena escuchar lo que tiene que decir en estas lides, cuando se amenaza el Estado de Derecho en Colombia.
Por ejemplo, dice lo siguiente: "La apelación a un poder constituyente radicado en el pueblo, que solo lo posee como potencia en el concepto aristotélico, sin sujeción a la normatividad constitucional existente, no solo no mejoraría la democracia, sino que, por el contrario, podría arruinarla".
Es un libro del 2024, aunque parece escrito para el Petro de esta semana, y eso sucede porque se veía venir, dirán muchos. Además del llamado decretazo para convocar una Consulta Popular contra Senado y cortes, el Gobierno empezó a ambientar la idea de una Asamblea Constituyente.
"Al autoritarismo no le convienen el diálogo, la concertación y la presentación deliberativa de una idea o proyecto. El poder recae completamente en el elegido y cualquier otra forma de liderazgo debe ser opacada, porque incomoda al sultán y se convierte en un obstáculo para sus pretensiones", incluye Carrillo.
Este documento hace una férrea defensa de la democracia y de la necesidad de fortalecerla en lugar de amenazarla, de darle oportunidades a la Constitución, de buscar las reformas que necesita el país con diálogo y advierte de la importancia de defender la prensa libre, para poder considerarnos demócratas.
Advierte también de que se necesitan cambios y que la gran tarea pendiente en nuestros países es la de reducir la desigualdad, entre otros asuntos. Aunque eso sí, también es claro: "La desigualdad puede ayudar a explicar la violencia urbana de subsistencia, pero no explica la violencia organizada de multinacionales del crimen".
Los invito a que nos empapemos de democracia, de ciudadanía, de escucha y de conversación, para que entre todos pasemos esta página. Mejor dicho, léanlo y #HablemosDeLibros y de democracia, por favor.
Subrayados
* En un mundo repleto de desinformación, sin medios de comunicación libres no hay democracia.
* Los acuerdos duraderos se logran conectándose con los adversarios y no con los amigos y cortesanos.
* La democracia no puede darse por sentada ni es propiedad conquistada de ninguna ideología.
* Las democracias pueden crear sus propios monstruos, que, paradójicamente, suelen ser quienes más alardean de ser demócratas.
* Hay que reinventar la buena política todos los días, renovando liderazgos, protegiendo la separación de poeres y a la prensa, fortaleciendo las instituciones y defendiendo la Carta Política.
Reproducción|LA PATRIA
De editorial Debate, Defender la democracia sin miedo desde la democracia, del exprocurador Fernando Carrillo Flórez.
