Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

Correo: editornoticias@lapatria.com

X (Twitter): @fernalonso

Llegó la mitad del siglo XXI y el mundo ha pasado las duras y las maduras. En el tercer cuarto de esta centuria el orden mundial ha cambiado radicalmente, tanto en las tecnologías que se usan, en la configuración de la geopolítica y hasta en la genética con desarrollos que antes eran solo cuestión de ciencia ficción.

No obstante, hay algo que parece nunca cambiar: la ambición de los seres humanos. La novela, que resulta ser el comienzo de una saga, se desenvuelve principalmente en dos periodos, arranca por el año 2073 cuando se desarrolla el presente, pero la gran parte está en el pasado, en los años 50 para explicar por qué se ha llegado a donde se encuentra el mundo.

De hecho, son tal cantidad de personajes, que deberían muchos autores consagrados aprender de quienes cuentan estas sagas dirigidas principalmente al público juvenil. Incluyen una especie de reparto en las primeras páginas para que cuando el lector se vea perdido y ya no entienda quién es quién, pueda irse a ese directorio y darle sentido a lo que está leyendo, lo que nos permite ubicarnos rápidamente en quién es quién.

Esta es la ópera prima de Juliana Di Maria, autora caldense, que ha optado por entrar al mundo literario por la narrativa fantástica y de ficción.

Muestra un conocimiento profundo de las religiones y aprovecha un bagaje cultural para llevarnos por las culturas de Israel, Brasil, Italia, entre otras.

La saga es llamada Matusalén, y este volumen uno tiene por título El reloj del juicio final, el más antiguo objeto del que se tenga conocimiento en el universo y que fue entregado a Noé por Dios para sellar el pacto que hizo con él de que no volvería a traer una desgracia al mundo como el diluvio universal, además del arcoíris, por supuesto.

¿Por qué es tan importante este objeto? Lo tendrán que descubrir los lectores en el camino, mientras desenmarañan las aventuras de la joven Alana, una activista juvenil por los derechos de los animales y por la protección al medioambiente.

Su abuelo, Gabriel, es el mayor conocedor de los secretos de la Cábala, al punto que ha logrado desentrañar misterios que nadie antes logró, y eso genera la envidia de muchos y el temor de otros, porque además hace públicos tales conocimientos, con la anuencia de dos papas.

Las traiciones, las intrigas y las jugadas de ajedrecista son parte de este entramado en el que hay sectas secretas, organizaciones manipuladoras y también instituciones tan fuertes en el futuro como hoy, como El Vaticano.

Un libro que tiene todos los componentes de la literatura que gusta tanto a jóvenes, porque habla de nuevas realidades, porque busca desentrañar misterios y, además, promete mantener la atención en nuevos desafíos.

Resulta simpatico el guiño que la autora le hace a su tierra natal, Pensilvania, al mencionar el municipio como un dato menor sobre un personaje, es su manera de homenajear el terruño.

Mejor lean El reloj del juicio final o regálele este libro a personas que gusten de la literatura de fantasía, y Hablemos de Libros.

 

Subrayados

  • El poder, más que un privilegio, como muchos piensan, es una responsabilidad. Y lo difícil no es obtenerlo, sino sostenerlo.
  • Los puntos más débiles del ser humano son sus orígenes.
  • Ese es el problema con los malos, que no saben ver que siempre hay uno mejor que ellos.
  • Yo siempre he pensado que existen dos clases de miedo: el que uno crea producto de situaciones que generalmente nunca llegan a suceder, y el verdadero miedo, que te persigue y te paraliza producto de las acciones del pasado.