Deseo comenzar esta columna planteándole al lector tres preguntas:
¿Incluye los museos en sus viajes turísticos? ¿Sabe cuántos museos existen en Caldas y en el Eje Cafetero? ¿Considera que los museos son muy, poco o nada importantes?
El próximo domingo 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos, una fecha establecida desde 1977 por el Consejo Internacional de Museos (ICOM).
Lamentablemente, en Colombia, y particularmente en nuestra región, los museos suelen estar sujetos a lo que podríamos llamar la teoría de la “olla raspada”: se atienden con lo que queda.
Desde los tiempos de la Expedición Botánica, Francisco José de Caldas ya había trazado la importancia de estas instituciones.
Sus ideales se concretaron con la creación del Museo Nacional en 1823, la Galería Nacional de Pintura en 1864, el Museo del Oro en 1939 y el Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1950, entre otros.
En el año 2022 el Ministerio de Cultura publicó el documento “Museos para la transformación social, la defensa de la vida y la construcción de paz”, en el que se señala que en Colombia existen 491 entidades museales. De estas, 13 se encuentran en Caldas, 10 en Risaralda y 10 en Quindío.
Aunque el informe no detalla cuáles son, una consulta en la página destinocaldas.com permite identificar algunos: el Centro de Museos de la Universidad de Caldas, el Museo Interactivo Samoga de la Universidad Nacional, el Museo de Arte de Caldas, el Museo del Café y el Museo Nacional del Sombrero en Aguadas.
Probablemente falten otros, como el Museo del Carnaval en Riosucio, la Casa del Maestro Octavio Hernández en San José o Cameloc (con C) en Viterbo pero aun así, las cifras no cuadran del todo.
Cabe destacar también el valioso aporte del Museo del Río Magdalena, ubicado en Honda (Tolima) y dirigido por Germán Ferro. Su conexión con nuestra cultura regional es profunda e innegable.
En una región como la nuestra, en la cual la población envejece dignamente, los museos adquieren un papel fundamental, no solo como espacios de memoria e identidad, sino también como motores de desarrollo turístico y económico.
Que la mayoría de los municipios de Caldas no cuenten con museos evidencia un preocupante déficit cultural y un descuido por nuestra historia local.
Nuestro territorio, profundamente católico, carece de un museo que preserve y difunda su memoria religiosa. La declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco debería impulsar la creación de un gran museo que aborde el legado de esta región y el valor universal de nuestra bebida insignia.
El Parque del Café ya cuenta con un museo interactivo que aporta en esa dirección, pero se necesita mucho más.
Una ciudad sin museos es como una casa vacía: sin recuerdos, sin historias, sin identidad. Los museos son el lugar donde el tiempo se detiene para hablarnos, donde la memoria cobra vida y donde las comunidades se reconocen y se proyectan hacia el futuro.