Hace tres décadas, Planeación Municipal de Palestina exigía que los lotes para construir casas campestres fueran de 2.000 m2, hoy vemos que solo necesitan 175 m2, lo que está generando una alta densidad poblacional, acelerando el crecimiento urbano en Santágueda e incrementando la presión sobre los recursos naturales locales, como el agua y el suelo y creando problemas de contaminación ambiental y auditiva que amenazan la sostenibilidad del entorno.
Un problema grave es la creciente demanda de agua potable, que depende principalmente de los pozos profundos, cuya gestión presenta riesgos para la cantidad y calidad del agua, especialmente con el aumento de la población y la expansión de viviendas. La falta de un sistema adecuado de alcantarillado agrava el problema, ya que el uso de pozos sépticos en áreas sin acceso a sistemas de drenaje aumenta el riesgo de contaminación de los acuíferos. Esto pone en peligro la salud de los residentes y la sostenibilidad del recurso hídrico a largo plazo. Es urgente construir un sistema de alcantarillado que proteja las fuentes de agua subterránea y garantice el suministro y potabilidad del agua, ya que Santágueda si se quedara sin agua potable, lo que existe no valdrá nada.
El crecimiento desmedido también ha afectado la infraestructura vial. Las vías terciarias, fundamentales para el acceso a viviendas y condominios, son estrechas, les falta mantenimiento y carecen de alumbrado público, lo que representa un peligro. Es imperativo realizar un estudio de planificación para ampliar y mejorar estas vías.
Otro desafío es la contaminación por ruido. La música a alto volumen durante el día y la noche interrumpe la tranquilidad de la zona, afectando a aquellos que buscan descanso. Esta contaminación auditiva debe ser regulada para evitar que se convierta en un problema crónico.
Además, es habitual por las tardes sentir olores desagradables, generados y provenientes de granjas avícolas y porcinas asentadas en la región. La falta de regulaciones adecuadas para controlar estos efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud pública es otra preocupación que se debe abordar con urgencia para mejorar la calidad del aire.
Con la densificación de la población, es urgente establecer un servicio médico permanente que ofrezca atención de calidad superior a la actual prestada en el corregimiento de Arauca. Este servicio debe estar preparado para atender no solo a los residentes permanentes, sino también a la población flotante que visita la zona los fines de semana.
El camino hacia un desarrollo sostenible en Santágueda pasa por el cumplimiento del Plan Básico de Ordenamiento Territorial de Palestina, aprobado en el 2023, que busca equilibrar la rentabilidad económica con la protección del medio ambiente, el desarrollo de infraestructura y el bienestar social. Para lograrlo, es esencial adoptar un enfoque integral y participativo que permita a las autoridades y a la comunidad trabajar juntos para evitar la degradación ambiental y asegurar un futuro sostenible.
Solo con una visión a largo plazo se evitarán daños irreparables a la biodiversidad y se garantizará la calidad de vida en Santágueda, sino dentro de unos años, otro quejoso, escribirá sobre los mismos problemas que sufrimos y que sabemos cómo se resuelven, pero sobre los que ninguna Alcaldía toma acciones, siendo su responsabilidad.