Gonzalo Duque Escobar

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@godues

Los retos a los que se enfrenta la agricultura mundial para garantizar la autosuficiencia de alimentos fundamentales, son enormes y esto incluye a la Unión Europea (UE) que, con el pacto verde para la protección del clima, sus agricultores luchan por la supervivencia ya que se eliminan subvenciones y llegan importaciones, aunque la UE pese a ser actualmente el principal destino del trigo ucraniano para satisfacer las necesidades de España y Rumania, también figura como el segundo exportador de trigo a nivel mundial, pese a que se han afectado sus agricultores con las políticas de sustentabilidad por los nuevos requisitos.

En la UE, donde ahora por lo menos el 20% de la tierra debe ser de conservación o renaturalización, lo que implica reducir pesticidas y fertilizantes a cambio de obtener subvenciones y biopesticidas para apoyar la producción casi natural, se reducirá a la mitad la producción de trigo y maíz con enorme impacto a nivel global, al pasar de exportador neto a importador de estos productos, de los cuales para el caso del trigo cerca de la tercera parte de la producción mundial se da en China e India, aunque como exportadores cuentan Canadá, Estados Unidos y Australia.

Después del maíz, cuya producción anual se sitúa en 1.200 millones de toneladas métricas comercializadas, el trigo es el segundo grano más importante del mundo por superficie cultivada y volumen de producción.

A nivel mundial la producción promedio de trigo comercial alcanzó casi 800 millones de toneladas anuales, con China (16%) e India (14%) a la cabeza, seguidos de Rusia (12%).

No obstante, la cosecha de los últimos ciclos comerciales se ha visto afectada por fenómenos como sequías asociadas al cambio climático que afectarán la producción global del cereal con una caída del 10%.

Si con el clima la producción de trigo se favorece más en países de latitudes altas, generándose desigualdades entre países desarrollados y en desarrollo, en el caso de África donde el costo ya lo hace inalcanzable importando estos alimentos de la UE, deberá mirar a Rusia quién exporta a China, aunque este país aspira a reducir un 57% y 32% sus importaciones de maíz y trigo marcando un nuevo escenario para el comercio internacional de granos.

A diferencia de lo que ocurre con los pequeños agricultores quienes difícilmente pueden mantenerse, los grandes productores de cereales incrementarán sus beneficios si logran mejorar resultados.

La guerra Rusia-Ucrania elevó los precios de cereales en la UE, al tiempo que las exportaciones rusas se duplicaron gracias a que es el mayor productor de cereales europeo, aunque en el futuro también Ucrania por su enorme potencial de crecimiento podrá ser otro gran abastecedor.

Para satisfacer la creciente demanda de alimentos al 2050, si bien el crecimiento de la producción de cereales a nivel mundial en un 90% se deberá a rendimiento de cultivos controlando plagas, con la adecuada gestión del agua y mediante el riego oportuno, sólo el 10% se obtendrá por expansión de la frontera agrícola.