Eres religioso cuando formas parte de un credo, y sigues todo o parte de lo que enseña o prohíbe.

En esa religión, como en todas, hay luces y sombras.

Toma lo que sirve y deja lo demás.

Me decía una joven en una terapia: “Yo soy una católica relajadita, muy relajadita”.

Y agregó: “Respeto, pero no comparto un buen número de reglas y prohibiciones”.

En mi recorrido vital y mi servicio como guía son muchos los que son bien relajaditos.

Es que a los credos les cuesta mucho cambiar. Se aferran a tradiciones creadas por ellos mismos.

Un ejemplo es el celibato que causa tantos males, pero la Iglesia para nada piensa en suprimirlo.

Amas si respetas, y te amas si cuestionas creencias que no vienen de Dios, y son todas.

 

@gonzalogallog