Marcela desde niña sintió mucha empatía con las personas con alguna discapacidad.
Siempre que podía les tendía una mano amiga, y disfrutaba al compartir con ellas.
Lo que no se esperaba es que eso mismo iba a hacer con su hermanita melliza, Amelie.
Amelie perdió su brazo derecho en un accidente, y Marcela se convirtió en un ángel para ella.
Le ayudó a desarrollar, en su brazo y mano izquierda, la misma habilidad que tenía en la derecha.
Eran hermanas y amigas inseparables y afectuosas.
Amelie se casó y se fue a vivir a Australia.
Un día le envío a Marcela un regalo con este hermoso escrito: Te amo por cuidarme y enseñarme esto: “Amelie, con amor, gratitud y fe estarás mejor que millones que no valoran lo que tienen”. Así es Marce hermosa.

@gonzalogallog