León es un empresario duro, despótico, enredado, y fiero en el afán de acumular dinero y posesiones.
Ofende a las operarias que le confeccionan ropa y, a través de distintas estratagemas, les paga por debajo del salario mínimo.
Hace poco Rosa, una excelente trabajadora, le pidió ayuda para poder operar a su hijo que está a punto de perder la vista, y él le gritó:
- ¿Acaso esto es un centro de beneficencia? Es una fábrica, oyó, una fábrica. Agradezca que le doy empleo.
Ella se fue a casa en un mar de lágrimas y gracias a Dios una Fundación Social hizo operar a su hijito de ocho años.
Dicen los Maestros que todos los actos regresan a nosotros en bien o en mal para aprender lo que necesitamos.
Un año después León fue donde el oftalmólogo porque estaba viendo borroso y sentía dolores de cabeza.
Diagnóstico: Un tumor maligno detrás de sus ojos. Consecuencias: hoy está ciego, pero no por eso ha tomado consciencia.
@gonzalogallog