Había una vez un pescador que vendía cangrejos cerca de la playa. Tenía dos baldes en donde reposaban los animales.
Un balde estaba tapado y el otro no. Nadie reparó en ese detalle, hasta que una mujer sintió curiosidad
por la diferencia.
Pensó que quizás los animales eran de distinta calidad. Entonces le preguntó al pescador sobre eso.
El vendedor le señaló el cubo de los cangrejos que estaba con tapa.
- “Estos son cangrejos japoneses, y los del otro recipiente son cangrejos nacionales”.
- “No entiendo qué tiene que ver la procedencia con el hecho de que un balde esté tapado y el otro no”.
- “Verá, el cangrejo japonés escapa fácil, ya que todos forman una cadena y se ayudan para huir. Por eso los tapo”.
- “¡Oh! Eso es trabajo en equipo, ¿Y los otros qué?”.
- “Los nacionales ven que alguno trata de escapar, lo agarran y lo retienen para que no lo consiga”.

@gonzalogallog