Sanar y soltar son dos acciones muy liberadoras que transforman del todo tu vida.
No hay un solo humano que no necesite sanar algo de su pasado para poder fluir sereno.
Del mismo modo, lo habitual es llevar cargas de dolor, iras, odios o culpas que hay que soltar.
Un ejercicio que ayuda es entrar a un buen relax, y conectar con Dios en tu interior.
Visualiza una luz verde esmeralda que entra por tu cabeza y muy lentamente irá hacia el suelo.
Mientras lo hace puedes ayudarla deslizando tus manos sobre la piel y sientes que va por dentro.
Mientras fluye decretas con fe: “Gracias Dios mío, me sanas y te llevas todo lo que me perturba”.
Aprovechas y, siendo compasivo, te perdonas y perdonas a los que te han agraviado.
@gonzalogallog