“Estaré atento y vigilante, como el centinela en su puesto, para ver qué me dice el Señor”. Habacuc. 2.1.    

“Deben mantenerse alertas, no sea el señor venga de repente y los encuentre durmiendo. 

Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse vigilantes!”. Marcos 13,35-36.

Los anteriores son dos textos bíblicos que nos invitan a estar alerta y no dormidos.

El sabio no vive anestesiado ni amodorrado. No, siempre está vigilante para evitar malas sorpresas.

Si tú estás alerta, te das cuenta a tiempo de que una chispa puede generar incendio en tu vida. 

Si estás alerta, no dejas que crezca el tumor de la indiferencia o la frialdad en tus relaciones.

Piensa en la sabiduría de este refrán: “Quien no atiende a la gotera, atenderá a la casa entera”. 

@gonzalogallog