El Apocalipsis no es un libro para inspirar temor, sino para insuflar mucha esperanza. 
Se escribió para aumentar la fe en su tiempo, cuando Roma perseguía a los creyentes.
Contiene símbolos, visiones, y un lenguaje que no siempre hay que tomar de modo literal.
Busca que quien lo lee crea de verdad que, con Dios, el bien siempre triunfa sobre el mal.
Es del fin del imperio romano que habla, y no de un fin del mundo, como se mal interpreta para asustar.
De hecho, al final se repite varias veces que los hechos van a ser “pronto”: Cap. 22. 7,10, 12 y 20. 
Mejor reflexiona con esto que dice Dios: “Has perdido tu amor del principio”. 2,4. Para pensar. 
¿Conservas en tus relaciones y tu trabajo el apasionado amor del inicio? ¿Qué quieres hacer al respecto?
@gonzalogallog