Benjamín Franklin: “Muchos dedican la primera mitad de la vida a hacer miserable la segunda”.

En la niñez y la juventud hacen una pésima siembra, y el resto de su vida recogen con dolor frutos amargos.

¿Cuántos niños y jóvenes captan que están poniendo bases con pasión y disciplina o con apatía y desorden?

La niñez y la juventud duran poco, pero de ellas depende toda la vida posterior: son la base del edificio.

Esas etapas de la vida fácilmente se dilapidan en la inconsciencia, la superficialidad y lo banal.

En la vida de los grandes seres humanos esas etapas fueron difíciles y eso sacó lo mejor de ellos.

Bach a los 10 años era huérfano de padre y madre, pero asumió ese vacío con entereza y llegó a la cima.

Una infancia y una adolescencia fáciles presagian una vida posterior bien difícil. Por eso es dañino sobreproteger y sabio amar sin apegos.

@gonzalogallog