El poeta alemán Rollenhagen acertó al decir: “Quien fácilmente confía, fácilmente es engañado”.
No suele ser bueno desconfiar, pero sí es muy necesario ser cauto cuando brindas tu confianza.
Ojalá confíes después de conocer al otro hasta tener bases para saber que es una persona buena y creíble.
La confianza da apoyo a la convivencia y, sin ella, el amor y las relaciones son un castillo de arena.
Por lo mismo, aprende a confiar y gánate la confianza de los otros con una vida transparente, exenta de engaños.
La confianza en ti mismo es la clave para triunfar y te ayuda a irradiar ese valor a otros.
Ten presente que confiar a ciegas es tan dañino como desconfiar de todo y de todos.
Afirma convencido: “Dios de amor, creo en ti y no creo en nada, temo porque estás conmigo. Gracias”.
@gonzalogallog