Enseñar con humor es un medio mucho más eficaz que educar con regaños o largos discursos.

Uno siente como la gente abre la mente y el corazón cuando ríe con pensamientos como éste sobre el cambio:

“No pretendas que otra persona sea como tú y viva como tú, porque tú y Dios bien saben que con uno como tú basta”.

Es una buena manera de invitarlo a uno a ser tolerante y no desgastarse en el vano intento de cambiar a otros.

Es bueno influir con amor paciente, pero son ellos los que a su tiempo deciden cambiar o no.

Ojalá seas humilde y no digas como un argentino engreído: “antes creía que era perfecto, ahora sé que lo soy”.

Eres libre para trazar tu destino, y vas por el buen camino cuando eres amoroso, flexible y alegre.

Mira bien y verás por ahí personas que llevan alegría dondequiera que van, y otras cuando se van.

@gonzalogallog