¿Qué es una economía en transición? quizás el lector se lo pregunte al leer el título de esta columna. Las economías en transición son economías en proceso de transformación, desde una economía planificada (o socialista), hacia una economía de mercado (o capitalista); o viceversa. Si bien el Gobierno Nacional hizo énfasis en que el capitalismo seguirá siendo el sistema económico por defecto en el país, sí es cierto que, por primera vez en la historia, Colombia es liderada por un gobierno de izquierda, lo que puede generar confusión e interferencia. Hoy el país se ve afectado por una serie de factores externos e internos que tienen influencia sobre la estabilidad de la economía, haciendo que el ciudadano de a pie reflexione e investigue aún más acerca de los temas macroeconómicos que lo afectan por estos días.
La economía mundial se encuentra en una etapa de contracción en la que la incertidumbre juega un papel fundamental y Colombia no es ajena a esto. Sin embargo, las señales que se envíen al exterior serán un factor determinante para conservar la confianza de los inversionistas y la tranquilidad de los mercados. En los últimos días se ha registrado una serie consecutiva de máximos históricos del precio del dólar, pues la tasa representativa del mercado nunca había alcanzado los 4.968 pesos, llevando a que la devaluación del peso colombiano sea de un 23 por ciento aproximadamente a comparación de octubre del 2021. Si bien no se trata de desconocer los beneficios que reciben, por ejemplo, los exportadores, se trata de evaluar que, por encima de cierto nivel, una tasa de cambio demasiado alta y volátil termina desatando graves consecuencias económicas. No sobra señalar que esta fortaleza del dólar está afectando a la mayoría de monedas del mundo, incluyendo las de diversas naciones desarrolladas.
Actualmente, la mayoría de los analistas coincide en que es el contexto internacional el que empuja hacia arriba el valor del dólar. Aquí, principalmente, la situación se le atribuye a la subida de las tasas de interés en Estados Unidos, una medida que ocasiona el traslado de los dólares hacia ese país y disminuye la cantidad circulante en otras naciones. Sin embargo, hay otros factores nacionales que están causando una devaluación mucho más acelerada.
Históricamente los principios básicos de una buena relación económica para cualquier territorio han sido el respeto a las instituciones y la prudencia en las decisiones sobre política económica. Cuando se combinan estos principios, las señales que se proyectan hacia el exterior son de estabilidad, confianza, seguridad, solidez y responsabilidad; algo que resumidamente genera tranquilidad en los mercados.
La coyuntura actual en el país frente a un cambio de visión política, está rompiendo con uno de esos principios establecidos, generando una incertidumbre mayor, y por ende, una mayor devaluación. El Gobierno Nacional no debe cesar en continuar enviando las señales necesarias para frenar dicha incertidumbre, despertando una mayor tranquilidad en los mercados, mientras que los demás bancos centrales endurecen su política monetaria en aras de contener la inflación. Para nadie es un secreto que el 2023 será un año de retos importantes en materia macroeconómica global; no obstante, Colombia debe retomar el mensaje de tranquilidad que años atrás enviaba al ser la economía más estable y sólida para la inversión extranjera en Latinoamérica. Es deber tanto de gremios, empresarios, la oposición y los medios de comunicación, contribuir a generar un mejor ambiente para que el país pueda salir de este que pareciera ser un callejón de salida. Cabe recordar aquí una frase cotidiana, optimista pero verdadera, y es que, si al país le va bien, a todos nos va bien.