Colombia se encuentra en un punto crítico, quizás de inflexión, en el que faltan menos de cuatro meses para que se elija a los próximos mandatarios locales, para el período 2024-2027, y en el que la ciudadanía pide y necesita ver cambios de raíz en las políticas públicas para el crecimiento de los territorios. En estas elecciones regionales, más allá de definir quiénes serán los próximos alcaldes, gobernadores, concejales y diputados; está en juego el desarrollo social y económico, que quizás muchos territorios vieron empañado durante las administraciones actuales. Esto sin mencionar el tinte político que se pretende abonar desde las jefaturas de los diferentes partidos a estas contiendas.
En el caso de Manizales y Caldas, donde para los puestos de alcalde y gobernador hay, al menos 19 aspirantes, la ciudadanía debe ejercer un punto de control contundente y a consciencia acerca de los próximos candidatos a elegir. Los retos de Caldas están concentrados principalmente en tres variables fundamentales a trabajar: infraestructura y competitividad, educación y mercado laboral.
En cuanto al primer reto, Caldas es el departamento con mayor volumen en exportaciones del Eje Cafetero y el número 10 en el país. Si vemos, el primer reto está ligado a la infraestructura y la competitividad, pues para continuar liderando los primeros lugares en comercio exterior, el departamento requiere soluciones urgentes en materia logística, que le permitan continuar movilizando la carga a los diferentes puertos marítimos y la reducción en los costos de transporte. Aquí se debe hacer especial énfasis en la conectividad aérea, un cuello de botella en la competitividad, siendo una deuda por décadas de la región.
El segundo reto a trabajar es el de la educación. Como sucede en gran parte de los territorios rurales de Colombia, Caldas arrastra un problema de cobertura, principalmente en educación básica y media. Esto conlleva a que el departamento sufra principalmente de deserción, analfabetismo, falta de calidad en la educación y en la docencia. Al problema de la cobertura, se le agregan los problemas de infraestructura educativa, al encontrarse bastante deteriorada y en situaciones precarias en diversos municipios del departamento.
La tercera variable en la que se debe poner la lupa es la del mercado laboral. Caldas conserva una característica histórica en la que combina una economía agrícola, comercial, industrial y de servicios, la cual necesita estar soportada de políticas que fomenten la inclusión, la formalidad y la diversidad laboral en todos los ámbitos. En Caldas todavía es pertinente trabajar por mejorar la brecha en formalidad laboral entre hombres y mujeres y el empleo vulnerable, como uno de los factores que recoge a los trabajadores con ingresos insuficientes y en condiciones de trabajo difíciles.
Los tres retos mencionados son las temáticas clave a trabajar por el próximo gobernador del departamento, dentro de las decenas de variables por desarrollar en otros ámbitos. Es pertinente que el próximo gobierno enfoque sus iniciativas en fomentar las políticas públicas que den paso a mejoras perceptibles en estos tres pilares mencionados, incluyendo estrategias clave en pro del incremento de la empleabilidad, productividad, desarrollo económico y capacidades logísticas en el territorio. Caldas, como departamento líder en industria y exportaciones en el Eje Cafetero, requiere de una articulación pública, privada y académica, que garantice la competitividad de las empresas y las instituciones a largo plazo y que fomente la empleabilidad y el desarrollo logístico en beneficio de todos.