Al margen. Han soltado las amarras. Comenzaron a navegar en aguas con gran oleaje competitivo. Los capitanes de las naves izan los estandartes de la esperanza y llaman a combate, redoblan tambores y las cornetas retumban sin límite, convocando a sus electores. La batalla por el poder político comenzó. El puerto se avizora, pero está distante. El comodoro que llegue primero será el gran almirante. En ese momento todos querrán que las promesas se cumplan en medio de las piernas de palo y parches. Fin.
En algunos sectores ha vuelto a plantearse la adopción de una medida para modificar el rango constitucional que definiría una nueva edad para que los jóvenes ingresen oficialmente al grupo que les permita participar en diferentes procesos civiles que hasta ahora no les está permitido.
Para nadie es un secreto que las edades de los derechos y obligaciones de los seres humanos van cambiando a medida que el entorno que incide en el mismo desarrollo físico, mental y de comportamiento, se va modificando.
Evidentemente, las personas en Colombia cada vez se acercan más a vivir 100 años, meta utópica hasta los tres cuartos calendario del siglo pasado. Pero la calidad de vida no siempre ha sido la adecuada.
Para mantener o disminuir la edad de decisión electoral a los 16 años se han expresado muchas personas poseedoras de diferentes calidades académicas y con funciones en diferentes áreas del entorno laboral con énfasis en lo fisiológico, educativo, laboral, político y en otros aspectos generales como en las ciencias del comportamiento.
Ayer, los estudiantes que ingresaban a la universidad tenían una edad que oscilaba entre 17 y 18 años, muy rara vez eran menores de esta edad. Hoy, generalmente se sitúa alrededor de los 16 años. Reiterando, si un joven define su futuro a los 16 años, ¿por qué no asume otras responsabilidades a esta edad? Si bien el desarrollo de los púberes es diferente entre varones y mujeres en distintos aspectos de la vida personal, familiar y social, la tendencia es darle responsabilidades mayores a esta edad.
Los adolescentes se asoman en la actualidad, lo que antes era casi imposible salvo para especiales casos por facilidades colegiales o familiares, a la información indiscriminada y actualizada que les permiten las ayer impensadas modernas redes sociales. Además, el comportamiento ha variado tanto que se han hecho adultos por su independencia ante todos.
La definición de niño implica ser menor de 18 años, Convención sobre Derechos del Niño 1989, ratificado por la Constitución. Las principales objeciones para disminuir la edad para actividades especiales como ser elector político como en Argentina, Brasil y Ecuador, radica en las concepciones neuropsicológicas, traducidas en la maduración cerebral, razonar; lo sociológico, dependencia; lo político, polarización a priori.
Esta definición para los colombianos merece estudio, análisis y decisiones desprovistas de intencionalidad partidista, económica, religiosa, social, penal o laboral. La hipótesis actual para Colombia son los 16 años. Observar el entorno.