Julián Escobar Rincón* - www.drjulianescobar.com

 

La artrosis es la enfermedad articular más frecuente y se produce por desgaste del cartílago articular. Esto se da cuando el cartílago protector, que amortigua los extremos de los huesos, se pierde con el tiempo.

Los cartílagos son los tejidos más importantes de las articulaciones y estas son las uniones entre los huesos. Los sitios más frecuentes donde encontramos artrosis son la columna (cervical y lumbar), la cadera, la rodilla, los pies y las manos.

 

Síntomas

* Dolor por el movimiento de las articulaciones enfermas, durante o después de utilizarlas

* Rigidez, debido a la falta funcional de la articulación, lo que puede ser más notorio al despertar

* Limitación, producida por la pérdida de función.

* Pérdida de flexibilidad, por lo que es posible que no pueda mover la articulación en todo su rango de movimiento.

* Sensación de clic. Hay una sensación de chasquido al usar la articulación.

* Aparición de osteofitos. Pedazos adicionales de hueso, que se sienten como bultos duros y que pueden formarse alrededor de la articulación afectada.

* Hinchazón, que se produce por la inflamación de los tejidos blandos alrededor de la articulación. Esto se da, especialmente, después de utilizar la articulación intensamente.

Los síntomas generalmente se pueden controlar, aunque los daños en las articulaciones no se puedan revertir. Se diferencia de la artritis, porque en esta última es la inflamación la causante de la enfermedad y en la artrosis es el desgaste. Ambas enfermedades generan dolor, en ocasiones hinchazón y rigidez, pero en la artrosis el dolor es de tipo mecánico (empeora con los movimientos y mejora con el reposo).

Influyen en su aparición la obesidad, la inestabilidad articular, la mala formación articular desde el nacimiento, los traumas o lesiones. La edad avanzada, la tensión repetida o sobrecarga en la articulación, la genética (muchos heredan la tendencia a desarrollarla), enfermedades metabólicas como la diabetes o la gota y las alteraciones en la postura.

Es beneficioso el mantenerse activo, tener un peso saludable y recibir ciertos tratamientos que pueden retrasar el avance de la enfermedad, ayudando a disminuir el dolor y la función de las articulaciones. Ayuda el nadar o caminar en un parque.

Ante la presencia de síntomas es importante consultar al médico a tiempo para evitar su progresión. Si ya se padece, hay que tomar acción para limitar su avance.

 

* Cirujano de mano y miembro superior, ortopedista y traumatólogo.