El domingo pasado los bachilleres calendario B presentaron sus pruebas de estado, Saber 11. Estos exámenes estandarizados generan una información muy valiosa para realimentar la política pública y la práctica escolar.
El gran problema es que las pruebas antes se hacían no solo al final del bachillerato, sino en medio del proceso formativo en 3, 5 y 9 y de forma censal dando así luces sobre el proceso de los estudiantes y permitía ver la evolución en cada caso. Solo contamos con las pruebas Saber 11 de manera censal.
¿Qué muestran las pruebas Saber 11? Varias tendencias.
Educación rural vs. urbana.
La educación rural es muy inferior en términos de calidad a la urbana. Con lo que seguramente se seguirán perpetuando las brechas entre campo y ciudad. La diferencia en promedio es de más de un 11% en los puntajes.
Deberíamos debatir más profundamente sobre cómo podríamos, con los recursos actuales, generar un mayor impacto. En comparaciones con otros países latinoamericanos el gasto en educación como porcentaje del PIB es proporcionalmente más alto, lo que abre una pregunta por la eficacia y eficiencia del gasto en educación.
Sabiendo que el aumento de los recursos es vital y necesario, y que los últimos gobiernos desde Santos han hecho un mayor esfuerzo en el sector, ¿con los mismos recursos podríamos hacer una mejor tarea? La respuesta es afirmativa.
Pública vs. Privada.
El segundo resultado contundente es que la educación privada en promedio tiene mejor desempeño que la pública, aunque en los privados hay que ver con lupa, pues hay mucha dispersión y en algunos casos la educación no oficial es de pésima calidad. No se puede cantar victoria.
En muchos países de América Latina y en Europa permiten a los padres de familia escoger dónde estudian sus hijos y pueden llevar a los establecimientos privados un bono para el pago casi total de las pensiones.
Es de anotar, que según las estadísticas esta es una de las mayores brechas, y corresponde a un poco más del 10% en el puntaje. Miren una de las causas: Los paros de Fecode que impiden el buen desarrollo de los aprendizajes.
El laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana mostró los impactos de los paros de los maestros: hacían perder en promedio el 39% del tiempo del calendario escolar. Sencillamente inaudito.
Finalmente, la brecha entre géneros, al arrojar mejores resultados en la prueba los hombres que las mujeres con un diferencial promedio de 3,7% Hay que pensar cómo se logra una mejor equidad de género en el tema. Ya el Consejo Privado de Competitividad en su estudio de brechas de género dio pistas interesantes para ir cerrando.
Educación SOS, debemos poner el tema de la eficiencia en el centro del debate de la calidad educativa y su financiación. Incidir directamente en las causas del bajo desempeño en el campo. Y seguir consolidando una equidad de género.