La política lo debe tocar todo, pues es la columna vertebral del trabajo por el bien común en las cosas públicas.

Pero cuando la política se degenera en politiquería, muy especialmente cuando se hace en perspectiva electoral, el contexto político termina estrangulando la verdad.

Y así lo está experimentando la opinión pública nacional sobre el tema de la salud.

Resulta complejo poder determinar a ciencia cierta los distintos hechos que están afectando al sistema de salud.

Efectivamente, la verdad queda estrangulada en medio de un fuego cruzado entre el Gobierno y los responsables de la EPS.

Una de las personas que ha tratado de explicar a fondo la situación es el exministro Alejandro Gaviria, quien ha mostrado cómo el sistema adolescente de problemas estructurales de financiación, pero explica muy bien que hay aspectos clave que deben ser discutidos para equilibrar el derecho a la salud y los límites para la prestación de servicios; es decir, ¿hasta dónde ir en términos de nuevas tecnologías y tratamientos novedosos experimentales?

Todo ello hay que articularlo con las posibilidades presupuestales efectivas del país.

Los debates no son solo en Colombia, sino en todo el mundo.

Por algunos indicadores el sistema colombiano era ejemplo mundial, por otros no tanto. Estas luces y sombras han problematizado el asunto.

Pero la verdad es que un asunto muy complejo lo estamos además enredando.

En efecto, luego de presenciar los cruces de cifras, juicios, afirmaciones y amenazas entre el Gobierno y los actores del sistema de salud y de los partidos de oposición, la cabeza de cualquier espectador se confunde.

Se requiere urgente que las partes bajen el voltaje de las discusiones y ganen en argumentación y evidencia.

Pero además es fundamental que otros actores sociales, como la academia, asuman un rol activo con los estudios y visiones que se tienen desde las universidades, centros de investigación al respecto, ligas de usuarios, etc.

El tema de la salud es tan sensible y grave que debemos cooperar para que el diagnóstico y propuestas no queden atrapados en medio de la compleja tensión que estamos viviendo, por cuenta del pulso salvaje que están haciendo entre el Gobierno y los actores del sistema.

¿Cuál es el verdadero valor de la deuda del Gobierno con las EPS? ¿Cuál es la deuda de las EPS con las Instituciones Prestadoras de Salud? ¿Hasta dónde va el deber moral y fiscal del Estado de enfrentar la desfinanciación del sistema? ¿Cuánta plata se han robado de la salud los políticos y los empresarios? ¿La revisión de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) que ordenó la Corte en cuánto se debe ajustar? ¿Ha habido acaparamiento de medicamentos?

Están echando candela al sistema de salud, jugando con el dolor y la vida de muchos, cuando la profunda responsabilidad es la de diseñar los ajustes al sistema y hacerlo sostenible maximizando el bienestar de los ciudadanos.