A la hora de balances y analizando el 2022, podríamos mencionar 7 aprendizajes. Como sociedad hay mucho que mejorar, y lo mejor es evaluar la historia, para tomar consciencia de las dinámicas que debemos impulsar y de cuáles debemos hacer lo posible por detener.
1.  Fragilidad Ambiental ¿y no retorno? Las altísimas temperaturas que sufrimos en este año, dejan una huella más del camino errado que hemos recorrido como humanidad y que está a punto de colocarnos en un punto de no retorno en la posibilidad de mantener el medio ambiente. La humanidad está en peligro y serio. Y lo más complejo es que si no se hace un esfuerzo de veras a escala mundial, esfuerzos hasta heroicos no servirán de mucho. Es un problema que requiere de una consciencia planetaria para poderlo solucionar.
2.  La verdad como construcción colectiva. La entrega del informe de la Comisión para el esclarecimiento de la verdad fue un acto con un profundo reconocimiento y autocrítica como país y nación. Este tipo de ejercicios más que un aporte de verdad completa y fija, debe servir para hacer de Colombia una sociedad más consciente del cuidado de la dignidad humana. El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, otro de los personajes del año. Hay que dar pasos para la reconciliación y convivencia.
3.  Colombia experimentó la institucionalidad democrática. El giro político del país, con el triunfo que tuvo en las elecciones presidenciales Gustavo Petro, marca un hito muy importante sobre la institucionalidad de la democracia colombiana. Si bien esta tiene miles de debilidades y problemas, el hecho de haber experimentado el cambio de rumbo político es muestra de la fortaleza institucional del país. No dejemos que la institucionalidad sea comprometida por los gobernantes, es un bien que hemos ido construyendo con la historia.
4. La inflación hay que controlarla al máximo. El incremento sostenido de los precios es un flagelo para toda la economía cuando pasa de los rangos establecidos por el Banco de la República, pero que especialmente golpea a los más frágiles económicamente, como lo ha hecho durante este año. Muchos dicen que es el “impuesto” más inequitativo que hay. Se debe hacer todo lo posible por reducirla.
5. La progresividad de los impuestos como mecanismo de reducir las desigualdades. La reforma tributaria que aprobó el Congreso y que prevé una dinámica mucho más progresiva que la estructura actual, es un paso importante en la dirección correcta para asegurar la reducción de la pobreza y la desigualdad. El economista Thomas Piketty señala que es uno de los componentes para construir sociedades menos desiguales. Sin ahorcar a las empresas, sí se puede caminar en dirección a la  justicia de manera más rápida.
6.  La filantropía todavía puede decir mucho. La entrega por parte de Luis Carlos Sarmiento Angulo del Centro de tratamiento e investigación sobre el Cáncer, como una donación a la sociedad colombiana, es también una muestra que compartir es profundamente humano y cristiano. Qué bueno que muchos otros empresarios que se han lucrado históricamente en el país, tuvieran gestos similares.
7. La fragilidad mundial frente a las guerras. La invasión de Rusia en Ucrania dejó de manifiesto cómo está el mundo de interconectado, y cómo esta condición genera una dependencia de unos con otros, por lo que una desgracia que ocurre en uno de los nodos de la red mundial, afecta a toda la red. Los cereales, los fertilizantes de todo el mundo se han visto afectados en precios y disponibilidad. Lo que hace importante hablar de verdad sobre la seguridad alimentaria y sanitaria del país.
¡Una muy Feliz Navidad a todos los lectores! Y que los aprendizajes los pongamos en práctica en este 2023.