Durante el fin de semana Once Caldas no jugó porque adelantó el partido con Llaneros, y aunque tiene pendiente el del jueves contra Envigado allá, de la fecha 11, los resultados lo favorecieron al punto de que la clasificación sigue vigente, sujeta a sus propios medios para hacer moñona con la Suramericana.
Los de arriba están acomodados de tal manera que parecen inamovibles: Millonarios, Junior, América, Nacional, Medellín y Tolima que, además, cuentan con nóminas suficientes. Serían entonces dos cupos por disputar ante Santa Fe, Pasto y Cali, estos dos últimos rivales directos de Once Caldas en las jornadas que faltan.
Nada fácil, pero tan real la opción que con una victoria en el Polideportivo Sur este 1 de mayo se pondrá séptimo a falta de cuatro partidos para terminar la liga en la fase regular. Con 26 puntos, 12 por disputar, así se requieran más de 30, la probabilidad matemática sería muy alta e inminentes los cuadrangulares por tercer semestre consecutivo.
Eso sí, cualquier tropiezo estrechará el margen, sin perder de vista que está peleando con clubes históricos en un campeonato caracterizado por el dominio de los más fuertes. Como se puede observar no hay ‘colados’, la brecha se abrió y los grandes están mandando, lo que hace presumir unas semifinales de lujo.
Dos choques como visitante frente a los eliminados Envigado y Unión Magdalena esperan a Once Caldas, condición en la que logró sus éxitos en Chile y Bolivia. Sin embargo, en la competencia doméstica no se refleja esa estadística, pues en el año solo le ganó a Aguilas y se recuerda la floja presentación en el empate sin goles ante Boyacá Chicó.
En el calendario le quedan tres juegos por fuera, porque también tendrá que ir a Pasto, con solo dos localías: Millonarios y Cali. Total, contando con los puntos del Palogrande que no serán cómodos, tendrá que sumar a domicilio. Un panorama con exigencias que obliga a decisiones sabias respecto al plantel.
Es hora de atender la liga con los titulares y con la mente puesta en el triunfo, sin licencias. El buen andar en la Suramericana ofrece esa alternativa porque ya se hizo parte de la tarea, supremacía que debe ratificar cuando vengan Unión Española y San José, equipos inferiores que acá deben sentir la presión del público y el peso del blanco.
Claro que no se pueden confiar, pero de hecho Once Caldas demostró, independiente de sus debilidades, que está por encima de esas escuadras. Inconmensurable el valor de las victorias en Viña del Mar y La Paz ya que aligeraron la carga internacional y evitaron la harta política de tener que escoger participación: se puede ir por las dos.
También la programación ayuda: en junio, cuando se jueguen los cuadrangulares, los torneos de Conmebol pararán actividades por el mundial de clubes. La Suramericana retornará el 15 de julio con el repechaje para los que terminen segundos, o el 12 de agosto para los primeros del grupo en la ronda de octavos.
Por eso insisto en que la liga Betplay adquirió un matiz especial, hay que mirarla de frente y tomar las medidas que conduzcan de nuevo a la clasificación. Como el Once Caldas de momento está por fuera de los ocho y no tiene ahorros, ganarle a Envigado enderezará el camino para que no sigan doliendo estos puntos regalados a Alianza en Manizales.
Hasta la próxima...
