Al menos como concepto, bueno que el presidente de Once Caldas, Daniel Jaramillo, reconozca que la deuda de la dirigencia es ser campeones. Así lo manifestó a este diario, afirmando que el armado del equipo será para competir y pelear título, puntualizando prioridades en la consecución de un lateral izquierdo y volantes interiores.

El empresario Jaime Pineda llegó para 2013, lo que equivale a 13 temporadas, período durante el cual ha tenido 10 técnicos. Hernán Darío Herrera dirigirá su quinto semestre en 2026 siendo el segundo de mayor permanencia por detrás de Hubert Bodhert, quien estuvo 3 años al frente (2018 a 2020) y por delante de Javier Torrente con 3 torneos cortos (2014-2015).

Exceptuando el 2017 cuando hubo 2 entrenadores, uno por campeonato, Hernán Lisi y Francisco Maturana, está claro que la política en ese sentido está definida y la continuidad de los proyectos desde el banco es una condición. Eduardo Lara, Diego Corredor y Pedro Sarmiento se sostuvieron sobre sus pésimas campañas.

Fue un lustro sin semifinales, y se les respetó el contrato. ¿Por qué no al Arriero? Tres clasificaciones y participación en Copa Suramericana derivando millonarias ganancias, que son el alimento de la industria, hacen que el proyecto sea viable, y coherente la determinación. Una argumentación válida, que comparto.

El gusto personal es otro cuento y cada quien piensa como le parece. El dueño se ajusta a las cifras, positivas en este caso, aunque insuficientes para el hincha que quiere trofeos, inquietud que también acompaña a quienes orientan la institución según lo manifestado al comienzo de este escrito, lo que representa un buen principio.

“Del dicho al hecho hay largo trecho” reza el refrán, pero aceptar que en lo deportivo falta, por encima del ejemplar modelo administrativo desarrollado por el club (saneado, con activos y estructuralmente sólido) es algo que invita a pensar en grande. Acertar en la búsqueda de los refuerzos es tarea fundamental del área de producción.

Son Herrera y los encargados de la comisión técnica quienes deben sugerir, convencer y asegurar las piezas para que la máquina acelere. Con ambición, sin resignar posibilidades, con un plantel competitivo para todo y con mentalidad ganadora. Volverse a meter en el corazón del aficionado no será fácil, únicamente con resultados.

De 35 jugadores que se tuvieron por la participación internacional, se bajará a 25, con cupos abiertos para los juveniles. Es cierto que se cuenta con una base interesante, pero se requiere complementarla y para el efecto lo ideal son 4 o 5 de calidad, y con presente. No tanto bulto, con ojo de lince y sobre las debilidades diagnosticadas.

Son necesarios el marcador de punta, aunque Kevin Tamayo con confianza y trabajo puede mejorar; los mediocampistas que cubran la salida de Mateo García a Millonarios, de Alejando García por su deseo de cambio, y de Juan Camilo García y Juan Carlos Díaz porque no rindieron, y en mi opinión, urgente, un defensor central de categoría, líder, con mando, jerarquía, y otro delantero goleador.

Dijo el presidente de Once Caldas que la Suramericana no era un objetivo, que se forjó en la medida que se fue dando, lo que confundió al Arriero, quien por trazársela como meta desatendió la Liga, que fue uno de sus peores pecados, quedando por fuera de todo después de la negra noche del 24 de septiembre. ¡Lección aprendida, para no repetir!

Hasta la próxima…

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