Contra Fluminense, la pelota no entró. Frente al América, tres de las cuatro opciones que tuvo Once Caldas finalizaron en la red. Ambas presentaciones fueron parecidas, sin la pelota y con un tiempo mejor que el otro -constante durante la temporada-, liquidando el juego con el segundo gol, todo un manual de cómo se maneja el contraataque.

Ponerse en ventaja a los cinco minutos fue clave, el equipo se soltó y llenó de confianza.

América sólo reaccionó en el complemento, arrinconando al local que, en una veloz salida con participación de Cardona en el rechazo, Barrios en el traslado, Dorrego en la asistencia y remate de Dayro, a los 76 minutos sentenció el encuentro.

América no se repuso, y el tercero, a un minuto del pitazo final fue de Gilbert Álvarez en otra acción colectiva de lujo: la empezó Patiño, Mateo la peleó y recuperó por derecha, y luego la pared larga entre Álvarez y Palacios concluyó con un centro para la primera conquista oficial del boliviano.

Esos oropeles, la contundencia y la resonancia del 3-0 dejaron felices a los hinchas, quienes ahora ven con ojos distintos el futuro inmediato, que será este miércoles en Viña del Mar, Chile, ante Unión Española, nuevamente por Copa Sudamericana. Es decir, un triunfo revitalizante, que eleva la esperanza del grupo y los aficionados.

El doblete histórico de Dayro Moreno lo convirtió en el mejor artillero colombiano de la historia con 353 goles, dos por encima de Falcao, estableciendo nuevo récord, además, en la Liga con 244, 20 más que Sergio Galván Rey (224) registro que superó en marzo de 2024.

El Rey del Gol, sin duda alguna y objetivo cumplido. Lo había prometido.

Otra noche redonda para Once Caldas de la mano del 17, con mención especial para jugadores como el manizaleño Jorge Cardona, erigido en bastión de la retaguardia, con recursos técnicos hasta hoy desconocidos y el nuevo ‘papá’ de la zaga. Está jugando montones y se siente su liderazgo en un proceso de crecimiento increíble.

También Hugo Dorrego, quien parecía desahuciado futbolísticamente; Mateo García, quien va recuperando el nivel óptimo de la campaña pasada; el regreso de Esteban Beltrán, quien tuvo un par de pinceladas, y hasta Luis Palacios, terrible para definir -se comió el cuarto- en ese puesto de extremo derecho, que carece de verdadero dueño.

Con el aumento de los niveles individuales se eleva el contenido del grupo: pasó contra América en la goleada y frente a Fluminense, sin recaudo. La idea es que se mantengan, porque el tiempo apremia, pues desde este miércoles y hasta el 22 de abril, o sea en cuestión de 13 días Once Caldas disputará cinco partidos, de los cuales tres son por Liga.

La ilusión no se pierde, y por eso, con los pies sobre la tierra, conscientes de que la nómina es corta y tratando de sostener el orden defensivo, porque el balón no ha sido el fuerte este semestre, hay que insistir bastante en la definición. Fueron tres, es cierto, pero no siempre la puerta se abre y sigue siendo una de las debilidades del Once Caldas.

Hasta la próxima...