Once Caldas hizo 10 de los últimos 12 puntos y entró en la lucha por los cuadrangulares.
Los necesitaba, los logró y aprovechando el receso de la Sudamericana sumó triunfos frente a Santa Fe y Pereira, empató con Bucaramanga, y con suplentes volvió a la victoria en un partido discreto con Envigado, valorable por el resultado.
Cuenta con las herramientas: un plantel tipo que compite, emergentes que responden y un trabajo de base que sostiene la estructura. A diferencia de antes, el Once Caldas actual tiene una tropa guerrera con soldados aptos y tiempo de servicio desde sus mandos, propia para una Liga como la nuestra en la que cualquiera enarbola la bandera.
Tanto, que ya está en cuartos del torneo Conmebol, misma ronda a la que puede acceder por Copa Betplay tras el 1-2 en Pasto, y por Liga suavizó el camino, levantó de nuevo la opción matemática que parecía lejana y a falta de nueve fechas se alistó en campo de batalla, sujeto a una renta hacia adelante arriba del 60%.
Todo viable, con el riesgo de coronar la gloria o morir en el intento. Dependerá del interés, de la ambición, del espíritu combativo y de decisiones correctas. Para técnico y directivos la meta está en la Suramericana, brava apuesta, con alto grado de dificultad, que será lo máximo de concretarse y que pondrá el resto en un segundo plano.
El Campeonato también merece atención especial. Contra Envigado solo Dayro Moreno y Mateo García de los titulares y un banco sin soluciones. Por fortuna no los requirió, pero debió inscribir algunos de ellos en planilla para cualquier contingencia. Demasiada protección, exceso de confianza o, menosprecio del rival.
Después del duelo con Independente del Valle este miércoles, a las 48 horas (viernes) chocará con América. Ya se imaginarán la nómina, si los puso a descansar el sábado, 4 días antes del juego en Quito, con mayor razón en el Pascual Guerrero. Una forma particular de administrar el recurso humano, con muchas prevenciones.
Ojalá salga bien porque sería triste derrochar esta cabalgata y porque, insisto, el fútbol colombiano es muy particular y se puede pelear. La Suramericana es un chance, ganas o te eliminan, un sueño que nadie garantiza. El torneo local lo han ganado Pereira, el Junior de Arturo Reyes, Bucaramanga y Santa Fe, sin ser favoritos y sin estrellas.
De momento: Independiente del Valle. Más que un equipo de fútbol, un proyecto deportivo exitoso, con estadio propio, 2 Copas Suramericanas (2019-2022), una Recopa (2023), una final de Libertadores perdida ante Nacional (2016) y líder actual de la Serie A Ecuatoriana con 12 puntos de ventaja sobre el segundo Barcelona, y con 18 triunfos en 28 partidos.
Llega Once Caldas con racha positiva: 6 victorias en los recientes 11 partidos por el triple play con apenas dos derrotas: 1-0 con Patriotas (Copa) y 0-1 con Tolima acá (Liga) y un nivel de juego alto con arquero figura, centrales que rinden, laterales en alza, recuperadores de lujo (Mateo-Mejía), creativos y extremos con clase, y Dayro en punta.
Estado de gracia: equipo sin enemigos, que el país arropa y le hace fuerza. Que debe vencer el pensamiento de su entrenador que ha sido selectivo hacia lo internacional indicando que no tiene con qué para las tres citas y con la encrucijada de tenerlo todo al alcance, con plantel para agrandar su historia haciendo moñona, pero que igual, se puede quedar sin nada.
Hasta la próxima...