¿Cuál debe ser el perfil humano y académico de un director de la Feria de Manizales? Para responder esa pregunta se debe mejorar lo que se hizo en el pasado.
Analizando el pasado vemos una legión de importantes mujeres como Pilar Villegas de Hoyos, como Luz Marina Zuluaga, como Elvira Escobar de Restrepo, como Margarita María Botero Villegas que hicieron de una celebración de un centenario la mejor Feria de América. Esta lista quedaría incompleta si no se incluye a José María Gómez, quien, siendo constructor, sus más relevantes edificios son La Licorera, el Palacio de Bellas Artes y el antiguo Comité de Cafeteros en la carrera 22, manejó en una época de crisis la Oficina de Fomento y Turismo motivado por su pasión por la ciudad.
Vemos que este evento adquirió su perfil siendo manejado por personas de cualidades poco comunes como la simpatía y belleza de Luz Marina Zuluaga o la infatigable diligencia de una Pilar Villegas de Hoyos.
Este liderazgo se ejercía a nombre de la Alcaldía de Manizales y no era una iniciativa particular demostrando que esta fiesta, diferente a la de Riosucio, por ejemplo, es un acto administrativo que no requiere de la gente. En este evento el manizaleño disfruta detrás de las vallas viendo como los dineros de los impuestos son aplicados a este rubro. Es una característica de esta fiesta que la comunidad no participa en su planeación y ejecución, ya que todo lo organiza un grupo de funcionarios.
Pienso que este tipo de análisis es importante hacerlo, porque la Feria de Manizales entrará en una interesante crisis que exige una revisión minuciosa de su historia para que ese pasado ayude a la construcción del futuro.