Un disparate, según el Diccionario de la Lengua Española, es un dicho o un hecho fuera de razón y regla. Entre sus sinónimos están: despropósito, desatino, dislate, desvarío, absurdo, contrasentido, sinsentido, locura y burrada.
La audacia del parlamentario Gustavo Petro se ha transformado en la capacidad para el disparate del presidente Petro. Casi que todos los días el Presidente difunde afirmaciones, propuestas y tesis que encajan en la categoría del disparate. Y lo peor, muchas veces pasa del dicho al hecho en su vocación por el despropósito. Algunos pasan desapercibidos, otros causan polémicas, y los más graves causarán daños reales al país por mucho tiempo. Aquí unos ejemplos, muy pocos teniendo en cuenta su capacidad de generación.
Carlos Lehder afirmó recientemente que el Cartel de Medellín no tuvo nada que ver con la toma del Palacio de Justicia en 1985, y que esta había sido autónoma del M-19. A esto Petro respondió con el siguiente trino en X: “Una historia oficial mentirosa. No pueden explicar porque (sic) ante una demanda armada del M19 por restablecer una (sic) acuerdo de paz nr (sic) 1985, contestaron eliminando sangrientamente la Justicia. Por eso inventaron la historia de la relación del M19 con Pablo Escobar, que aquí el más alto miembro sobreviviente del cártel del narcotraficante (sic), desmiente”. ¿Dónde está el disparate del Presidente? No en afirmar que Pablo Escobar no tuvo nada que ver con la toma, pues en este sentido puede caberle la razón. Pero lo de la “demanda armada” sí es una afirmación abusiva de Petro, una que por su cargo y dignidad no le es permitida. Parece que el Presidente inventó un nuevo tipo de demandas ante la Justicia, las demandas armadas. Hablar de ‘demandas armadas’ ante la Corte Suprema, equiparándolas a las demandas civiles, laborales, penales y de constitucionalidad, es banalizar la violencia e irrespetar la Justicia Y pensar que la incursión del M19 en el Palacio de Justicia fue algo bien intencionado para restablecer un proceso de paz es de la mayor desvergüenza. La tragedia del Palacio tiene dos responsables claros: el M19 y las Fuerzas Armadas salidas de madre. Esta afirmación de Petro va de la mano de su tozudez en negarse a reconocer la culpa de la guerrilla en la toma y de su profunda resistencia a pedir perdón como miembro del M19 que fue.
El gobierno Petro celebró y conmemoró ayer miércoles el robo de la Espada de Bolívar hace 50 años por el M19. No creo que haya que celebrar este robo, el cual puede ser preciado para quienes integraron esta guerrilla, pero no por esto debe convertirse en motivo de festejo nacional. Así como tampoco debe ser motivo de indignación a estas alturas. Lo que sí es un desatino del Presidente es celebrar este hecho, no le cabe como jefe de Estado. Lo de celebrar siempre es el acuerdo de paz entre el Estado colombiano y esta guerrilla.
En Davos-Suiza Petro dijo que el petróleo del Esequivo se debe dejar enterrado, pues de explotarse contribuiría al calentamiento global. Pero ‘sin querer queriendo’ dejó sembrada la duda de que esta región pueda pertenecer a Venezuela, y de alguna manera disculpó el abuso de Maduro con su referendo de apropiación de esta zona que, hasta el pronunciamiento de una corte internacional, está bajo la jurisdicción de Guyana.
Y dos disparates de hecho. El retiro forzado del médico José Fernando Cardona Uribe de la presidencia de la Nueva EPS es un desatino tremendo. Pocos en el país con las capacidades de Cardona para orientar la salud como un bien público. Sus 14 años al frente de esta EPS, la que tiene 10 millones de afiliados, hablan por él. Ojalá en el futuro sea ministro de salud, por el bien del país. ¿Quién lo reemplazará? Un abogado de opaco desempeño como secretario de salud en la administración Petro en Bogotá, con denuncias penales por corrupción, pero listo a cumplir las órdenes que beneficien políticamente al Presidente.
Y para rematar está el alquiler de una casa en Davos-Suiza por menos de una semana y pagando un millón de euros. Un despilfarro con ningún rédito y moralmente corrupto.