Revivieron las encuestas presidenciales. Los medios y comentaristas se vuelcan sobre ellas y las exprimen hasta la saciedad, elaborando mil hipótesis y elucubraciones.
La última, la de Invamer para Caracol Televisión, situó a Iván Cepeda con 31,9%, a Abelardo de la Espriella con 18,2%, Sergio Fajardo con 8,5%, y después una dispersión de más de 40 candidatos con cifras menores. Esta encuesta, de mano de las dos anteriores, pone los focos casi exclusivamente en estos tres candidatos, y muchos analistas dan por hecho que la segunda vuelta será un duelo entre los extremos, la derecha radical y visceral y la izquierda dogmática, descartando al centro político representado básicamente por Fajardo. Hay en estos augurios una intención por poco explícita de descalificar la opción centrista y una falta de perspectiva en el análisis.
Porque también las encuestas muestran que es grande la proporción de ciudadanos que quiere una alternativa política alejada de los extremos. Hoy se puede decir que las tres tendencias políticas básicas se reparten en proporciones iguales la querencia de los electores. Y es lo que pase en los siguientes seis meses lo que cargará la balanza hacia dos de estas fuerzas para pasar a una segunda vuelta, que la habrá.
No me cabe la menor duda de que la mejor alternativa para el país es un gobierno de centro y que Sergio Fajardo es quien puede liderar un Estado que recomponga lo que se ha deteriorado en los dos gobiernos anteriores, el del anodino Duque y el del delirante Petro.
Pero para que la inercia de las pasiones, la rigidez esclerótica de las ideologías de la derecha dura y la izquierda dogmática, y la salida facilista que vislumbran muchos ciudadanos den paso a la posibilidad de un gobierno sensato, maduro y pertinente para las urgencias del país; para que los votantes vislumbren una esperanza sólida desde ya, es preciso que el centro político se mueva en la dirección correcta, y esa es la unión, y esa unión se llama consulta en marzo del 2026.
Hay un espectro amplio de candidatos alrededor del centro, algunos tirados un poco a la derecha y otros un poco a la izquierda, todos ellos pueden estar juntos, y sin duda hay un propósito de país y sociedad que los vincula y los sintoniza, tienen más en común de aquello que los pueda acercar a los extremos.
Sergio Fajardo, Claudia López, Juan Manuel Galán, Anibal Gaviria, Luis Gilberto Murillo, Mauricio Cárdenas, David Luna, Juan Fernando Cristo, y otros más pueden sumar para hacer la masa crítica necesaria para que una opción sensata y pertinente cale en el ánimo de los colombianos y llegue con fuerza a la elección de mayo, a la primera vuelta. Una buena votación en la consulta de centro en marzo tiene la capacidad de fortalecer esta tercera vía y sembrar la esperanza de que no estamos condenados a una guerra entre enemigos irreconciliables. Un candidato de centro en la segunda vuelta gana sin atenuantes la Presidencia.
El país puede avanzar en seguridad y firmeza institucional, y también en desarrollo social y protección de los más necesitados, no son opciones excluyentes. El centro tiene las calidades para conducir este camino empedrado que viene hasta el 2030.
Sergio, usted tiene la palabra.