Jhon Dewey filósofo de la educación dijo alguna vez: “La educación no es la preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma”, una consigna con especial interés en estas dos semanas institucionales en las que el colegio público evalúa, reflexiona, planea y proyecta los procesos para el recibimiento de los estudiantes en el entorno escolar. Por lo cual, las actividades y reflexiones que se vienen realizando involucran a la comunidad educativa en un esfuerzo por marcar el rumbo hacia el éxito. Este ha sido el caso particular del colegio León de Greiff donde el trabajo de estos primeros días del calendario académico ha sido considerado una oportunidad para promover la colaboración, el aprendizaje, el establecimiento de metas y la apropiación de los valores institucionales. Aquí, la camaradería de los profesores antiguos que han sabido acoger a los nuevos, ha marcado una pauta importante en la apropiación del modelo pedagógico de la institución que es: Escuela Activa Urbana.
En ese sentido, la participación entusiasta ha permitido crear un ambiente de apoyo y respeto entre los profesores, directivos, padres de familia y personal de apoyo para la realización de actividades esenciales de la vida institucional como son: la autoevaluación, la revisión de los planes de área y la planeación académica. Las expectativas aumentaron al compartir experiencias y realizar ejercicios colaborativos para la creación de una atmósfera positiva de comunicación, empatía y humor; esto último, por cuenta de las docentes de primaria que abordaron el tema del modelo pedagógico de una manera muy lúdica haciendo un sketch noticioso y un reinado que brindó, de forma amena, los principales contenidos de la propuesta.
La semana institucional involucra a la comunidad y permite que los estudiantes se familiaricen con sus compañeros, con sus nuevos profesores y con los espacios del colegio, aulas, sitios comunes, patio, biblioteca, entre otros. La familiarización con el entorno escolar hace parte del concepto de la escuela como la vida misma, por cuanto fortalece el desarrollo humano y la participación estudiantil; es una ventana al autoconocimiento y al conocimiento del entorno. Es una conexión entre colegio y hogar. Con propósitos y objetivos en mente, la institución, que tiene un liderazgo positivo en su rectora y sus coordinadores, apuesta por una pedagogía sostenible que privilegia la diversidad y el desarrollo humano; que da respuestas a los estándares de calidad e implementa estrategias articuladas a los propósitos del colegio. No son estas simplemente las primeras semanas del año, sino un tiempo para reflexionar en el aprendizaje y en la educación como experiencia para cambiar el mundo individual.
Si pudiera decirse parafraseando a grandes pensadores, diremos que en esta semana la colaboración se convierte en la clave para lograr mucho más de lo que se puede alcanzar por uno mismo (Hellen Keller). La semana institucional es un viaje al futuro que se hace sobre la base del hoy para inspirar, imaginar mundos posibles y provocar pasión por el saber (Brad Henry); es el primer paso de un camino inimaginable por la vida en el que se adquiere experiencia y virtudes humanas (William Butler Yeats). La semana institucional es un buen comienzo para colaborar en el proyecto común de la educación, asumiendo responsabilidades y roles, transformando prácticas para inspirar vidas. ¡Claro! Se entiende que no es únicamente una planificación esmerada para llevar a cabo las actividades pertenecientes a la vida académica; es también el espacio de construcción de relaciones profesionales y vínculos interpersonales que maduran el concepto de comunidad, porque lo que es común se apropia: a lo mejor, ese fue el principal aprendizaje obtenido al inicio de esta jornada inicial.