En una ceremonia especial, anoche se le rindió homenaje a la Arquidiócesis de Manizales, que durante este año está cumpliendo 120 años de haberse creado. Si bien la fecha oficial fue el pasado 11 de abril, los actos de celebración debieron ser postergados debido a la pandemia de covid-19 que afrontamos, ya que para ese momento estábamos en cuarentena total en Colombia. Debemos recordar que fue una bula del papa León XIII la que dio vida oficial en el año 1900 a la Diócesis de Manizales, la cual fue ascendida a arquidiócesis el 10 de mayo de 1954 por el papa Pío XII.
Actualmente la Arquidiócesis de Manizales comprende 96 parroquias y cerca de 217 sacerdotes, que corresponden a una porción de la Iglesia Católica que está localizada geográficamente en la región centro-sur y norte de Caldas, para un total de 13 municipios, los cuales tienen una población total aproximada de 825 mil habitantes ante los cuales desarrolla su tarea evangelizadora. También hay que destacar durante este tiempo el trabajo cívico ejecutado por sus jerarcas y también por los miles de sacerdotes que han pasado por los numerosos templos de esta región. Es recordada la tarea de Gregorio Nacianceno Hoyos, Tiberio de Jesús Salazar y Herrera, Juan Manuel González Arbeláez, Luis Concha Córdoba, Arturo Duque Villegas, José de Jesús Pimiento Rodríguez, Fabio Betancur Tirado y Gonzalo Restrepo.
También debemos sentirnos honrados de contar con el Seminario Mayor, en el que se han formado sacerdotes que han trascendido las fronteras de Caldas y de Colombia. De la misma manera, hay que exaltar el papel de la Casa de Retiros Villa Kempis, que ha sido lugar de reflexión permanente de los miembros de la Iglesia Católica. Sin el tesón y el trabajo denodado de quienes han estado al frente de esta importante institución religiosa en la región no sería posible contar con la majestad de la Catedral Basílica, que por sí misma es una joya de la arquitectura y la cultura local, además de ser el gran centro de reunión de los fieles.
Su papel educador en la región, con la Arquidiócesis como gran impulsora también es destacable; son numerosos los colegios bajo su responsabilidad que se han caracterizado por la calidad de sus egresados. Su contribución a que Manizales sea reconocida como ciudad educadora es invaluable y debe ser exaltada en este importante aniversario. En este sentido existe el proyecto de la Universidad Juan Pablo II, presentado el año pasado, que complementaría muy bien el ya consolidado sello de ciudad universitaria con el que cuenta Manizales.
Hoy, de la mano del administrador diocesano, monseñor Efraín Castaño, la Arquidiócesis de Manizales se mantiene en su tarea, que tiene impacto en las distintas comunidades, que también acompaña en la práctica a las familias más vulnerables, ayudándoles en su alimento material y espiritual, y acompañándolas a hacer frente a diversos problemas sociales que deben encarar. Confiamos en que pronto desde el Vaticano, liderado por el papa Francisco, se tome la decisión de nombrar un arzobispo en propiedad, que siga conduciendo de manera óptima la Iglesia Católica de la región.