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El Frente 33 de las disidencias de las Farc, que normalmente delinque en la región del Catatumbo, en la frontera con Venezuela, se atribuyó el atentado con explosivos del pasado fin de semana en Bogotá, en el que murieron los niños Daniel Steven Duque, de 12 años, e Ivanna Salomé Rangel, de 5 años, y que causó heridas a otras 15 personas, en el barrio Arborizadora Alta de la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de la capital colombiana.
Como todos los actos terroristas este fue un acto repudiable y cobarde, con el que solo se busca desestabilizar el país, justo cuando estamos a menos de dos meses de las elecciones presidenciales. Una vez más los criminales buscan generar un ambiente de zozobra, que solo les sirve a sus intereses mezquinos de intimidar a los colombianos. Y una vez más, las víctimas son civiles inocentes que nada tienen que ver con el conflicto armado absurdo que afronta el país. Javier Alonso Veloza García, alias John Mechas, quien también habría liderado el año pasado los ataques a la Brigada Militar No. 30, con sede en Cúcuta, y al helicóptero en el que se desplazaba el presidente Iván Duque, también en la capital del Norte de Santander, sería el responsable de esta acción cobarde que iba dirigida a un CAI de la Policía. Como en el atentado a la Brigada se contaron varios militares estadounidenses afectados, entre los 36 heridos, el país norteamericano está ofreciendo una recompensa de 5 millones de dólares por información que permita la captura de John Mechas; Colombia ofrece otros $3.000 millones.
La relación de este criminal con Venezuela, donde se esconde, parece innegable. Por eso resulta temerario que el candidato a la Presidencia Gustavo Petro pretenda que sectores políticos que le son contrarios tengan que ver con ese atentado. Entre tanto, el ministro de Defensa, Diego Molano, dijo ayer que para las autoridades nacionales es claro que el ataque, más que fines terroristas tuvo objetivos políticos. “Aquí lo que hay es un interés no de afectar a la Policía, sino de desestabilizar para beneficiar quién sabe a quién en un proceso electoral que tiene Colombia”, dijo literalmente Molano a un medio nacional ayer, aunque no quiso precisar a quién se refería.
Lo cierto del caso es que los colombianos no queremos más violencia en el país, y es necesario que se reaccione con contundencia en contra de los terroristas para evitar que otros hechos similares ocurran. Lo ideal sería que se ejecuten los operativos que se requieran hasta dar con el paradero de los autores de este ataque con explosivos, y hacerlos pagar su crimen ante la justicia. 
Ya hemos visto en el pasado cómo las épocas previas a elecciones se tornan violentas en el país, por lo que se necesita que el Gobierno Nacional logre garantizar la tranquilidad que permita que la democracia pueda salir adelante en Colombia. También es clave que quienes optan por la Presidencia de la República, y en general todos los líderes políticos, actúen con responsabilidad, y en lugar de echar más leña al fuego hagan una campaña respetuosa, sin discursos de odio, y con maneras de actuar y de expresarse que garanticen la paz entre los colombianos.