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El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) entregó el informe sobre el desempleo en Colombia al cierre de abril, en el que se evidenció que ese indicador sigue en descenso en el país, pero que falta aún mucho para que logremos cifras, al menos similares a las de antes de la pandemia. En el país hubo una mejora de un poco más de 4 puntos porcentuales, al pasar de 15,5% a 11,2% al comparar el trimestre febrero-abril del 2021 con el mismo periodo del 2022.

En el caso de Manizales y Villamaría el salto fue aún mayor, al bajar 6 puntos, de 17,3% a 11,3%, lo que significó que la capital de Caldas se ubique entre las seis ciudades colombianas con menor desempleo. También es bueno que nos mantengamos entre las dos regiones con menos informalidad, aunque sigue siendo una victoria pírrica, al ubicarse en 39,8%. Tampoco es bueno que haya crecido el número de inactivos, que corresponden a quienes dejaron de buscar empleo.

Este descenso en el desempleo es muestra fehaciente de que la reactivación económica camina por el camino correcto y es importante darle un mayor impulso. En el caso de la capital caldense es significativo que se haya pasado de 41 mil 672 desocupados a 27 mil 225 en el último año. Ya se cuenta con 212 mil 725 personas ocupadas, aunque lo ideal sería avanzar hacia un indicador por debajo del 10% en el desempleo, lo que requerirá otro tipo de medidas que venzan la resistencia estructural.

En el caso de los inactivos, que son ahora 168 mil 939 personas, lo que significa 5 mil 336 más que hace un año, la respuesta del DANE es que gran parte de ellos salieron del mercado porque ingresaron a estudiar, o dejaron de buscar trabajo porque alguien más en su hogar mejoró ingresos y se hizo innecesaria su búsqueda laboral, pero la otra posibilidad es que al no hallar puestos de trabajo decidieron, simplemente, desistir y renunciar a su propósito de emplearse.

Lo ideal es que todas las personas habilitadas para trabajar puedan emplearse y que esos puestos de trabajo sean formales y dignos. Por eso es clave buscar cómo lograr que los llamados “desalentados” o inactivos vuelvan a la búsqueda de trabajo y lo encuentren, además porque al mejorar los ingresos económicos familiares ayudarán a que mejore el consumo interno, que es el verdadero motor de la economía. Es positivo que Manizales esté entre las ciudades con menor informalidad, pero el hecho de estar cerca del 40% evidencia que hay que buscar soluciones de mediano y largo plazo que lleven esas cifras más abajo.

Insistimos en la necesidad de que se fomente la formalización laboral por la vía, por ejemplo, de quitarles a los empresarios la carga de los parafiscales, e impulsar políticas de más incentivos para los empleos de los jóvenes y las mujeres, que pesan más en las variables del desempleo. También hay que buscar alternativas que permitan que todo quien trabaje pueda hacer un ahorro para su pensión al momento de terminar su ciclo productivo.