El 2020 ha sido un año difícil, en general, para la economía del mundo. Son escasos los sectores que se pueden dar por bien servidos en medio de un panorama tan complejo como el planteado por la pandemia de covid-19. Por fortuna para Colombia y nuestra región al café le ha ido bien en términos generales, gracias al buen precio externo, a un dólar que se ha mantenido alto y a que la producción tendrá solo una leve caída con respecto al año pasado. Esa ecuación arroja un resultado satisfactorio que les permite a los cafeteros respirar más tranquilos que otros sectores de la economía.
En la edición 88 del Congreso Nacional Cafetero que comienza hoy y se extiende hasta el viernes se reflexionará acerca de todos estos asuntos, pero más que nada alrededor de los desafíos para el 2021 y años venideros. El evento, que se celebrará de manera virtual, reunirá a productores de 15 departamentos bajo el lema “Unidad, transformación, futuro. El café, la esperanza de Colombia”. Se hablará acerca del consumo, la innovación, la equidad de género, la protección social integral de los caficultores, las tendencias de mercado, los gestores de cambio, la comunicación y el liderazgo.
Un asunto clave tiene que ver con los retos y oportunidades para la producción de café tras la pandemia, tomando en cuenta lo ocurrido este 2020, en el que la economía cafetera demostró que sigue teniendo gran fortaleza y brindando bienestar a miles de familias campesinas que, comprometidas con la renovación de los cafetales, le apuestan a tener cultivos más productivos y rentables, y que en coyunturas como la actual valoran de manera más decidida la actividad que les garantiza el sustento. Para los próximos años hay que fortalecer la renovación que se expresa en calidad y mayores niveles de producción.
Los cafeteros esperan que, desde el Gobierno Nacional, aparezcan compromisos consistentes y serios alrededor de todo aquello que puede hacer más competitiva la caficultura, como la mejora de las vías terciarias, las cuales se ven tan afectadas en épocas de lluvias como la actual. Adicionalmente, como nos lo demostró la experiencia de este año, las herramientas tecnológicas y la virtualidad son ahora fundamentales para el desarrollo de toda clase de tareas, y en el campo se necesita una conectividad más eficiente, que ayude a lograr una caficultura moderna y posibilidades de tener una conexión más directa con el mundo.
Hoy se debe reconocer que el trabajo realizado por la Federación Nacional de Cafeteros para establecer y promover la aplicación de protocolos de bioseguridad fue exitoso, ya que no solo se logró recoger la cosecha sin mayores inconvenientes, sino que fueron relativamente pocos los recolectores afectados por la covid-19. Así, no solo la economía cafetera tuvo un balance satisfactorio, sino que también la salud de los cultivadores y recolectores se mantuvo en condiciones óptimas.
F
En el caso específico de Caldas, hay que saludar el proyecto de la Central Metropolitana de Beneficio Ecológico de Café, que se construirá en Chinchiná el año entrante, con recursos aportados por el Ministerio de Agricultura, la Gobernación, Corpocaldas y la Cooperativa de Caficultores de Manizales. Además de lograr un impacto favorable para el medioambiente, esta iniciativa tendrá efectos positivos en la calidad del grano y en la productividad.
Fecha Publicación - Hora