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Desde el pasado 4 de noviembre los nuevos casos de covid-19 en Colombia comenzaron a elevarse. De manera muy lenta, es verdad, pero con una tendencia que nos recuerda el comportamiento de la pandemia en marzo pasado, cuando subieron lentamente los contagios y para mayo teníamos una situación crítica, con un tercer pico que significó saturación en las unidades de cuidados intensivos y la muerte de muchas personas. Los activos en el país eran ayer 12.089, pero la cifra de casos diarios ronda ahora los 2 mil, cuando hace dos semanas estaba en menos de 1.400. Esto muestra una expansión indudable de la enfermedad, que podría seguir creciendo si no se toman las medidas pertinentes. No podemos seguir pensando en más restricciones a las actividades económicas y sociales, y menos cuando se acerca la época de final de año, y en el caso de Manizales la celebración de la Feria, evento que no se hizo en este 2021.
Es evidente, tomando en cuenta que desde mediados del año las actividades han ido avanzando hacia la normalización, que la vacunación ha servido efectivamente para contener la pandemia, y en la medida en que haya menos personas sin inocularse en las calles nos acercaremos de manera franca al fin de la emergencia sanitaria. Por eso, hay que buscar los mecanismos para acelerar ese proceso.
Es positivo que se estén desarrollando jornadas masivas de vacunación en diversos puntos de Manizales y Caldas, aprovechando que llegaron cantidades significativas del biológico, con destino a refuerzos para personas mayores de 60 años de edad, pero también para niños de 3 años en adelante, así como para todas aquellas personas que debieron vacunarse en etapas anteriores y todavía no lo han hecho. Esta es una gran oportunidad para ponerse al día.
No obstante, hemos visto largas filas en los numerosos puntos de vacunación que hay en Manizales, incluso en los lugares destinados para vacunar a los más pequeños. Es una escena de contrastes, ya que es bueno que se tenga un gran interés por obtener la inoculación (en buena medida a causa de la exigencia del carné de vacunación para ingresar a algunos lugares, a partir del próximo 16 de noviembre), pero tanta espera en las filas también puede desmotivar a muchos.
Además, en el caso de los niños lo mejor sería que los equipos vacunadores fueran a buscarlos a los jardines infantiles y a las escuelas, donde el proceso podría ser más rápido y ordenado, y con la garantía de tener bases de datos más fieles. Lo mismo puede pensarse acerca de las personas mayores de 60 años, a las que hay que evitarles las filas fatigosas y los riesgos de esperar largas jornadas a la intemperie en un momento en el que el clima es lluvioso.

Hay que actuar rápido, con eficiencia y cumpliendo de buena manera las metas, para bloquear el cuarto pico, y que no solo podamos seguir avanzando hacia aforos más ambiciosos en lugares públicos, sino que las actividades propias de la Navidad y el Año Nuevo, así como la Feria de Manizales, se realicen con la tranquilidad de que la pandemia está controlada, y que podremos arrancar el 2022 con una mirada mucho más positiva del futuro.